miércoles, 31 de diciembre de 2014

Por cierto, es mi primer fin de año en casa en muuuucho tiempo...

CLAUSURA'14 (ANNO DOMINI II)

Se acaba otro año y toca hacer balance.

He hecho este ejercicio nueve veces en este apestoso blog y siempre con una pátina de nostalgia muy presente y algo pringosa también.

Mirando atrás, se recordará que el rey de España abdicó este año y que murieron figuras notables como García Márquez y Paco de Lucía. Se habló de corrupción, como no, de aviones desaparecidos en Asia y del fracaso estrepitoso de la selección de fútbol en Brasil. Del 9-N i el camino soberanista-independentista iniciado por nuestros políticos catalanes. De la crisis, eterna y arrastrada desde 2008, de recortes permanentes en educación y salud, que es lo que más padezco yo en mi currículo.

Lo recordaré por ser el año de florecimiento de mi hijo, L., y porque nos cambiamos de casa en febrero (a una casa gigante, en la campiña). Su desarrollo como ente físico y psíquico y su entrada en contacto con el mundo académico (en lo que espero sea una larga carrera estudiantil) y todo lo que conlleva eso (enfermedades, aprendizaje, malos y buenos hábitos, etc.).

Hubo un gran cambio laboral en mi vida, ahora que caigo: dejé las noches, con promesa de volver a frecuentarlas pero. Me trataron bien en mi nuevo destino, me aceptaron sin problemas y sentí cierta comodidad. El riesgo de poltrona con esta nueva vida ha hecho que necesite recordar, también, que he tenido menos tiempo para mis cosas. No obstante, Baleares, Andalucía y Lombardía nos han visto por sus lares este mismo año, y nosotros lo hemos disfrutado.

Me hago mayor. En un mes cumplo 35 años. Me gustaría ganarle tiempo al tiempo. Echo de menos a mis amigos. Y a mis hermanos, con lo que conllevó la liberación de R.

La falla paterna continúa resquebrajándose y eso sí que va a ser un auténtico reto para el año que viene... (pienso tomar cartas en el asunto).

Musicalmente sigo out excepto por la magia de Sílvia Pérez Cruz y su sentimiento y, en cuanto a TV, las grandes series murieron y Sons of Anarchy descarriló. Interstellar ha copado casi todos mis elogios y por una vez ha dejado al cine en buen lugar.

Esta vez no hago una antología visual, como es costumbre, solo dejo estas pocas líneas como reflexión a un año en que, personalmente, destacan mi cambio laboral y el crecimiento irremediable de mi primogénito. La foto de más abajo es una noche de luna llena en mi barrio. La estampa era demasiado evocadora.

Luego el imparable tren de la supervivencia, en su vaivén constante, nos ha arrastrado en su día a día a un mundo poco habituado pero no por ello menos atractivo.

Sé que esto es solo el principio, y sé cuál es el camino. Desviarse no es una opción.

Feliz año nuevo 2015. Solo pido una cosa: ¡SALUD!


domingo, 21 de diciembre de 2014

SAN BARTOLOMÉ Y EL SEÑORÍO DE LA NIEBLA

No es que no me gustara Milano, no.

La encontré fría y señorial, como si sus propios habitantes negasen el hecho de ser italianos y les diera vergüenza.
Las costumbres hacen al hombre, y el hombre, como tal, les es fiel: me compré la Gazzetta, bebí su cerveza (¡tenían Ichnusa!), comí sus dulces (cannoli... mmmh...), busqué callejeando tiendas Diadora sin parar, charlé con extraños para comprobar que mi nivel de italiano seguía por los suelos en comparación con el de L., miré su televisión y, me pregunto a los niveles de show en los que estamos: ¿puede que La Grande Magia llegue pronto aquí y sea la siguiente atracción?

En términos de respeto, era un viaje sentimental que deseaba hacer. Y no hablo de San Siro, ni de la marca de ropa anterior. Mi compañera de viaje no prejuzga el presente anteponiéndolo al pasado por miedo al futuro, como leí en la pizarra de más arriba y no pude dejar de hacer la foto. Eso la convierte en inmortal, en mi única y auténtica musa.

Sobre su gastronomía, del Belpaese: arancini, pizze, pasta, limoncello como digestivo y mirto según donde esté. Sus monumentos, aunque miren al norte: pensad en su Duomo y en la tortura de San Bartolomé. Su ingeniería militar, Leonardo y, por qué no, en su jodida sofisticación.

No es que me gustara el frío y la niebla lombarda, no. Hablamos de un año y medio sin pisar territorio alpino, demasiado para mi idealización del país del arte, el Imperio y sus bravuconadas con rastro de lupara. 
Como una toma de contacto para una chincheta más en el mapa. Y reconozco que pensaba bastante en Ludovico Sforza (el moro), más que en cualquier otro. Sobre el cómo rebaja la tensión y su afán práctico mezclado con mi naturaleza y el final de Sons of Anarchy, citas a cuervos visitantes en la oscura noche y al no duden que amé de Shakespeare incluidos, otro rato volveremos, que vienen las campanadas.

Como si las viejas costumbres no importasen un carajo.
 

viernes, 12 de diciembre de 2014

HONDURAS PRE NAVIDEÑAS SIN IMPORTANCIA


Deambulando yo por el aeropuerto de Pisa esperando el vuelo de regreso a Cagliari, me topé con los integrantes del primer equipo de la città. Recuerdo que habían habido incidentes y la competición se suspendió por unos días tras la muerte de un policía en Sicilia;

- Hola, David, ¿me firmas un autógrafo?
- Hola chico vaya,¿ hablas español?
- Sí, bueno, soy español.
Tras un instante de silencio y con todos los trajes sentados en las frías sillas grises de espera, me agaché con disimulo intentando empezar una breve charla con la estrella del calcio:
- Se dice que el Sevilla te quiere, ¿no te vendrías para España?
- ¡Chico! Si por mi fuera iría nadando...

Esta 'exclusiva' se dio en febrero de 2007, poco después de mi vigésimo séptimo aniversario. Al final, David (Suazo, se entiende) firmó por el Inter al año siguiente, año en que empezó su decadencia. 
Hasta ahí mi única relación con Honduras, el país. Mi tan manida aerofobia, por aquel entonces, había pasado a formar parte de la historia mientras se abría un nuevo camino de regreso a mi tierra y empezaba a luchar por encarrilar una existencia acorde con mi nuevo estado mental.

¿Qué sabía yo de Honduras, hasta entonces? ¿Que su capital es Tegucigalpa y que seguramente muchos de los suyos son bastante oscuros de piel? ¿Que no me puedo quitar de la cabeza aquello de ¡Viva Honduras! del ministro Trillo? ¿Que la conquistamos a base de sangre y fuego como toda América Latina, quizás?

Seguramente. Siempre me he considerado un historiador de pacotilla. La cuestión es que he tenido que vaciar y remover mis baúles y cajas de recuerdos para dar cabida a nuestra nueva supervisora, madre de tres hijos. C., que llegó a la entrevista con aire decidido y aparentando nada que esconder, hizo que nos decantáramos por ella casi sin dudarlo. Pensamos que su frescura aportaría mucho a la causa, y en esas estamos.

Diciembre pasa rápido. La liturgia se amplía este año y no me importa reconocer que lo voy a disfrutar. Fue imposible no quedarme ensimismado repasando aquellos viejos recuerdos, al igual que un imposible es no tele transportarse por un instante. 
Dios... la de mierda que guardo. Durante años. Un día tengo que poner toda mi roba* en orden, me digo de vez en cuando. Podría hacer un museo de mi propio devenir y dejarle algo curioso a mi descendencia.

Aquel invierno viajé por toda Italia deambulando por pintorescas calles sosteniendo una botella de alcohol barato, intentando hacer fotos decentes y frecuentando compañías de lo más raras. Iba por los aeropuertos como Pedro por mi casa; pensaba que nada ni nadie podía hacerme daño y recuerdo emocionarme con muchos lugares, por ejemplo con el Duomo de Florencia. Fue como un redescubrimiento de lo sublime y lo bello en genérico y casi sin drogas. It was a very good year...


*cosas

P. S. : Por si queda alguna duda tras mirar las fotos, SÍ, trabajé en Telepizza, unos pocos meses de 2003 (en Barcelona).

jueves, 27 de noviembre de 2014

SONIDOS DEL CRESPÚSCULO


El archivo fotográfico (pensad en 'de aquí veinte años'). 
Un problema de nuestro tiempo es el mero hecho de seleccionar, de entre todo el material digital. ¿Qué descartar? ¿Qué hay de auténtico en ello?
De aquí veinte años no andaremos buscando fotos para escanear, escudriñando cada caja de recuerdos como si fuera la última.
Con suerte, de aquí tres o cuatro generaciones ya no hará falta mirar atrás.
No es que de aquí veinte años los coches vayan a volar, pese a que rondaremos el ¡2035!, habrá que poner un límite, suelo decirme. ¿Recurriré al Facebook del futuro para enseñarte fotos viejas? ¿Cuándo piense en pelis sobre el espacio me acordaré de Interstellar?
Hay que hacer álbumes. En papel. Y muchos. Como los libros. Como los sonidos del crepúsculo (deberían ser).
Demasiados. 
Las putas fotos y los problemas de nuestro tiempo. It was a very good year, na na na nananá...
 

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL DERECHO A DECIDIR


¿Quién decidió que mi hijo chutara con la zurda?
¿Qué derecho tengo yo como padre a definir su futuro psicológico?
¿Cómo puedo orientarle en su devenir sin temor a perjudicarle, algo que, según todas las corrientes filosófico religiosas conocidas, va indefectiblemente ligado a nuestra naturaleza autodestructiva?
¿Por qué 'guardería' es sinónimo de malattia?
¿Por qué el sufrimiento transcurre en paralelo al aumento y el desarrollo de sus capacidades?
¿A quién puedo culpar por que mi retoño no hable en el idioma que yo quiero, siendo quizás demasiado pronto para preocuparse por sutilezas que señalan mis debilidades y quejas más obvias?
¿Cómo puedo no preocuparme por el país que pretendo para mi hijo y no por el que tratan de vendernos?
Y, sobre el invierno, ¿quién ha de darnos cobijo? ¿Quién nos abastecerá de leña y rica cebada cuando la vieja matrona nos abandone?
¿Es Josep Maria Bachs, fallecido esta semana, lo único que nos retraía a un oasis de suerte y felicidad momentánea allá en nuestro viejo pasado hacinado? ¿39 años son nada?
¿Existe realmente el derecho a decidir?

martes, 21 de octubre de 2014

LOS TOROS DECAÍDOS

Los toros desde el otro lado de la barrera son un poco más mansos.
La tristeza, cuando te ves superado y la propia sucesión de acontecimientos amenaza con devorarte, es menos que un estado de ánimo.
Y piensas, no lo entiendo. Y no sabes hacia dónde estamos yendo.
Y mi bimbo me saluda con alegría desde el interfono, ajeno al destino fatal de su abuela.
Oigo las voces de mis compañeros ahí fuera. Los toros, esos que antaño embestían con fiereza, son hoy mucho más mansos. Yo, en el otro lado, siento el peso de la tristeza sobre mis hombros decaídos mientras me pregunto una y otra vez 'por qué'.
No lo puedo entender.

viernes, 3 de octubre de 2014

PERSEVERARE DEMENTIA


Padezco un molesto dolor en el glúteo izquierdo desde hace algún tiempo por el cual me trató un osteópata conocido al regresar de las vacaciones de julio. Al principio pensé que era la puta ciática pero, después de un par de meses y pese a tener nociones limitadas sobre el tema, sigo sin verlo claro.
fine estate
Era un tipo regordete con barba blanca, de apariencia amable y gestos medidos, me recordó a un antiguo presentador de la televisión catalana. Todo su despacho estaba decorado con motivos africanos, por lo que supuse que era uno de esos fanáticos de ese continente. Uno de los que, tras la primera vez, solo piensa en volver. Personalmente, tales motivos exóticos me agotan.
Me crujió por todos lados y me fui para casa como nuevo. Recuerdo que al salir me preguntó '¿qué tal, qué sensación tienes?', a lo que yo respondí: me siento vulnerable, como si fuera un pedazo de mierda. Me crujes mal y me quedo tieso aquí mismo (bueno, esto último quedó en mis pensamientos).
Estuve un mes como si nada, hasta esta semana pasada que el dolor volvió poco a poco y de menos a más, coincidiendo con la puesta a punto del trabajo; sólo al agacharme me tira de lo lindo, por lo que, a través de Laura como la otra vez, le enviamos un mensaje al tipo en cuestión.
No contestó. Laura, anteayer ante mi insistencia, le envió otro, un '¿piensas en lo de Javi?', pero sin ser pesada.
Y ya. Luego, oscuridad.
Se fue. No pudo darme hora ni nada. Un dolor insoportable.

Hasta Karl Ove Knausgård. Entonces todo vuelve a afectarme y decido dejar de escribir aquí y resetear mis intenciones. Mi amigo del kilómetro 28 tiene la llave.
Estad atentos y perseverad, amici miei.

Pensar que la vida es una puta mierda y que nada tiene sentido ya no es suficiente: hay que hacer algo. No puedo dejar este mundo así sin más, sin dejar rastro sobre mi paso por este planeta.

Necesito permanecer.

Errare humanum est sed in errore perseverare dementia.

A la mierda el verano...





miércoles, 10 de septiembre de 2014

GALONES PARA BES

Este verano, en estos viajes, había que darle galones a Bes, ahora que agosto tocaba a su fin y el bronceado deja de ser prioritario. 
No nos disgustó el exceso de las Pitiusas, a decir verdad nos encandiló; la hoja de ruta que ideamos en su momento, incluyendo cambios de suelo y gastos a manos llenas, tenía pinta de ser inabordable y sin embargo no le pusimos freno: la vida es demasiado absurda como para ponerle trabas constantemente.
Galones al desenfreno, pues. Mi hermano R. se liberó y yo solo pienso en tenerle a mi lado, cerca de su sobrino. A épocas, darle importancia a lo que de verdad cuenta suele ser relativo; con el buen tiempo hay hipótesis que acaban por demostrarse y el mérito está en minimizar los daños que, mentalmente, le atribuimos al cambio de estación allá por la patrona de Barcelona a finales de septiembre.
Podría seguir reduciéndolo todo a otros factores externos como la alimentación, al hecho de hacer deporte con frecuencia o al follar. Podría intentar explicar cómo puede alcanzarse un tipo de guerra silenciosa hasta que me reclamen del otro lado, el miedo al sufrimiento de los tuyos, la inquietud por no saber denostar aquello que una vez sacrificaste.
No hay motivos para seguir de mal humor. No hay tortura que merezca ser alimentada, ninguna digna de hacer tambalear los cimientos del actual consenso. Apenas leo prensa; la televisión es un mero divertimento para nuestro retoño y solo sigo aquello que me interesa o por confesión amiga si me dejo llevar. Luego están las series, pero ese es un vicio que no pienso dejar (Gomorra, guaiò).
Tres autores han pasado por mis manos este año: Roberto Saviano, Gay Talese y Erri de Luca. Tres nomás (troppo da fare). No me he convertido en un tío aburrido; el otro día me sorprendía a mi mismo hablando de mis preocupaciones con A., la esposa de nuestro amigo fallecido tres años atrás. Son vacíos. La semana que nací? Él no vino a verme. Ningún día. Ya no recuerdo con quién solía hablar de mis cosas y, en esos huecos, echar en falta a tus iguales provoca dolor y desamparo. Gestionar otros desencuentros familiares y hacerlos viables para el día a día supondrá un bello reto de cara a septiembre también, aunque no lo desee.
Ya me puedo dar por adaptado al nuevo despacho, si bien dispongo de menos tiempo para encauzar esas pequeñas mierdas que acabo posponiendo constantemente; es imposible no tener un ojo en el nuevo curso, no controlar a Bes -ahora que mi hijo empieza el cole-, no sea que se le suba a la cabeza su nuevo poder y acabe por regir nuestros destinos basándose en el libertinaje del fin del verano. 
Uno siempre piensa en que puede ir a mejor. Por qué iba a tener que ser negativo? Quién o qué osaría detenernos ahora?
Todavía es verano, non è finita ancora.

viernes, 15 de agosto de 2014

FERRAGOSTO DEL ZENETE

HISTORIAS DEL MARQUESADO DESDE AL-DAR, ('LA CASA')
A casi mil trescientos metros de altura, en la cara norte de Sierra Nevada, se halla un valle rico en hierro y pizarra, verde por sus castaños de anchos troncos y árboles caducifolios que aguantan los áridos veranos sin llegar al paisaje lunar del spaghetti western de Tabernas, en Almería.
Los almendros rechinan alegres a nuestro paso, digo al insuflar aire ardiente, abrasado: no es mal lugar para una fortaleza y su muralla, con su foso para los cocodrilos y los despistados, por no hablar del aceite hirviendo.
- Hay un monte más alto y mejor ubicado justo al lado, no sé por qué no lo hicieron ahí.
- Era un regalo para su amada, no creo que Don Rodrigo pensara en geoestrategia después de la Reconquista.
- Y, entonces, ¿cómo es que lo construyó en apenas tres años, de 1509 a 1512?
- Se ve que hizo traer a ingenieros renacentistas italianos y todo. Creo que los moros se resistían a irse o a convertirse todavía.
Mi imaginación vuela por entre los olivos de la carretera que debieron recorrer aquellos hombres del medievo en jornadas extenuantes bajo el sofocante cielo andalusí. El hombre que cuida la fortaleza nació en ella, por lo que su testimonio resulta providencial. Viene los miércoles y hace visitas en grupos reducidos. La entrada es 'a voluntad'; una vez dentro, suelta la historia como un chascarrillo con espacio para alguna broma sobre prisioneros y mazmorras que hoy merecerían algunos. Menudo era don Rodrigo, 'más rico que el mismísimo rey'. Al salir, el anciano observa la billetera con el semblante de Gollum y su obsesión y le damos un billete rojo que no creo que quede registrado ahora que Pujol tal y pensamos, joder, ¡este viejo se saca una pasta semanal que no veas!
En la falda de la cordillera penibética, majestuoso como el señorío entero, desde lo alto, La Calahorra guarda un secreto que da eternidad y alas a la familia; a las puertas de tanta belleza, Aldeire es un pequeño reducto reconocido por su hospitalidad y las cruces rocieras que adornan sus casas de anchos muros recubiertos de cal.
Después de ojear el mármol de Carrara y lo sublime de robarle tiempo al sol, tras la siesta de rigor, no es difícil perder la noción del mismo escapando a su percepción negativa, relajando esfínteres y espíritus al son del baile agotador de nuestro pequeño retoño, imitador nato y bailaor de pura raza.
El astro rey, que se apresura a esconder como si ya hubiera hecho demasiado, todavía pica, sofoca: son más de las ocho y media y no hemos ido a ver al santo, como lo llaman aquí. El primo de Laura hizo la subida en 11 minutos ¡con su prometida a cuestas!, si bien yo tengo dudas sobre lo exagerado de esa historia de juventud; lo escribo con el máximo respeto por Dominguito, ese es su nombre, el hijo del tío de Laura, Domingo, un hombre de los de antes con su mostacho y su sombrero y su voz inquebrantable emanando autoridad por doquier.
Mi suegro y yo nos desperezamos y nos calzamos las botas yo, por dejadez, él sus buenas S. de travesía. Llevo muchos días sin hacer deporte y al principio respiro con mucha dificultad, como un cerdo vietnamita. Antes de llegar a la cima, al Castillo de la Caba, acelero motivado por las paredes de barro y fango supervivientes al acero cristiano y me sorprendo sobre manera al ver lo que parecen almacenes de algún tipo y luego me dicen que eran ¿estancias? de un complejo enorme que no concuerda con el suelo que estoy pisando.
Me acaba importando una mierda, nunca fui bueno en arqueología. Me siento radiante y justo vemos como el sol se escabulle por entre los cerros de la nevada y el Cristo -no el santo-, maltratado pese a la orografía, nos ampara y parece incidir en lo bello del lugar y, mi respiro, a casi mil trescientos metros de altura, se convierte en gozo y alegría por estos maravillosos días mientras desciendo -intentando no caerme ni tropezar con ningún matulo- en busca de una buena pieza de la abundante pizarra del lugar (pensando en qué parte de la nueva casa acabará).

miércoles, 6 de agosto de 2014

CONVERSACIÓN ESTÚPIDA CON MI (PUDIENTE) FLORISTA

Mi hermano Q. me había escrito y justo le contesto llamándole al entrar en la floristería a comprar una rosa; voy de cara a la idea, no quiero entretenerme. Son las seis de la tarde y he de recoger a mi hijo y en la tienda no hay nadie. La florista barre distraída mientras espera que yo acabe la conversación telefónica que intento cortar rápido, por el embarazo que me provoca el haber irrumpido así y una prisa que debe reflejar mi barbuda faz:
- ¿Y lo de Paul George, qué? Ah y por cierto, antes de que digas nada, Noé es un truño.
Me excuso y le emplazo a più tardi (a más tarde) ojeando la grandilocuencia chic del amplio local:
- Hola, perdoni el telèfon, voldria una rosa.
- Tranquil, ja he vist que feies i mentrestant jo també anava fent. De quin color? Avui en tinc de grogues, blanques y vermelles, de tots colors.
-No, no, vermella (como si me ofendiera ofreciéndome algo poco tradicional).
- Molt bé. ¿Te l'arreglo una mica?
Respondo afirmativamente al proceso que encarecerá la rosa hasta los seis euros: esto es, aderezarla con un poco de bambú y alguna hoja de algo que parece plástico a modo de cuerda tipo pergamino. 
Para ser falsamente amable, la florista y propietaria adinerada del negocio, aprovecha que no encuentra las tijeras para proseguir la aparentemente inocente cháchara sin dilación (aunque de reojo):
-La llei de Murphy. Necessites unes tisores i no apareixen, déu n'hi do (dejando escapar una carcajada).
Me acuerdo de Edward Norton cuando aún hacia cine decente en The 25th Hour (La Última Noche) y su Doyle, tiene gracia.
- La llei de Murphy no diu això. La llei de Murphy diu que si alguna cosa pot passar, passarà, digo con mi mejor catalán y sin pensar en lo negativo.
- Ah també, també, responde nerviosa, n'hi han moltes de lleis de Murphy eh, la torrada sempre cau pel costat de la mantega! 'Quan hi ha gàbia no hi ha ocell', com diem en català (excluyéndome y quitándole hierro).
- És una qüestió de possibilitats, resignado.
La tendera nota mi sofoco y cierta sensibilidad que no me molesto en esconder y decide cambiar de tema:
-Has fet vacances ja?
Es lo que tiene vivir en un pueblo.
- Algo, sí, encara ens queda una setmana per anar cap al sud (me enseñaron que, revelando parte de tus planes personales, creas un vínculo -aunque efímero, porque nunca se recuerda- que otorga tranquilidad al contertulio de turno y relaja el resto de la charla).
- Ah, molt bé, les vacances van molt bé per recarregar piles, són necessàries.
- I vostè, n'ha de fer encara? (Estoy a punto de tutearla).
- Nosaltres ja vàrem fer una setmaneta i ara a l'agost no tanco, a l'octubre. Això sí, tanco els dissabtes a la tarda, i vulguis que no dóna la sensació de que allargues el cap de semana i que tens un dia de més, va molt bé.
Me enciendo.
- Ja, però no és el mateix que el meu cas, per exemple, que sóc un treballador assalariat i que depenc d'un altre o d'un tercer, vosaltres segur que disfruteu un negoci vostre com aquest que segur que el teniu perquè és un món que us agrada i ho disfruteu i no aneu enfadats ni amb mala cara a treballar cada matí [...], como no dejándole otra opción.
Sin réplica y con el rostro oscurecido y recio se olvida del tubito con agua que tiene que servir de soporte airoso a mi rosa roja hasta que llegue a casa y, ahora sí, responde distraída en sus pensamientos de privilegio inducidos por mi lenguaraz soliloquio con un és veritat, que m'ho has dit, me n'havia oblidat.
Pago los putos seis euros con un billete de diez que ni se molesta en recoger de la mesa incluso después de la vuelta, dejando en evidencia su pudiente estatus -reafirmando su posición-, ya despidiéndose.
Salgo por la puerta con el teléfono en la mano buscando la 'q' en la agenda, no sin antes mirar atrás y dejar escapar una sonrisa maliciosa al pensar en el título de lo que será este escrito, CONVERSACIÓN ESTÚPIDA CON MI (PUDIENTE Y ESTÚPIDA, que me ahorro) FLORISTA, y me digo: perfecto. ¿Qué quiero destacar? Las diferencias de clase, el bilingüismo en la Catalunya del auge del proceso sobiranista actual, las convenciones sociales, el abismo generacional. No creo. 
Comunque (de todas formas) me llega para un post de sobras.
Agosto ya.
Hay que joderse.**

**comenta si necesitas traducción al castellano

lunes, 21 de julio de 2014

DIME QUÉ VES

Te has pasado los casi treinta y dos años de tu existencia peleando por tu identidad y me pregunto, dime por favor, que qué diablos debes ver ahora, que yo me vi reflejado en tu terquedad.

Eras prisionero de una condición alienante sin que tuviera que ver contigo mientras yo me preguntaba, una y otra vez, que qué carajo estarías viendo, que nosotros nos estábamos yendo.

Ocultado entre las sombras de una represión tan silenciosa como letal el ninguneo de tus cercanos fue, de repente -en serio-, dime qué demonios has visto durante estos últimos años. Hazme partícipe de tus nuevos ojos sin venda, o de tus viejos anhelos en mi ceguera tan cargada de arrepentimiento como impedida y, de paso, saluda a tu insularidad cautiva.

Vuelve, dime quién eres. Y qué diablos ves.


sábado, 19 de julio de 2014

CANÇÓ EN ITALIÀ PER A QUE LA CANTI LA SÍLVIA PÉREZ CRUZ AQUESTA NIT A SANT FELIU DE GUÍXOLS


Mentre apurem les últimes hores de sol i platja de les primeres vacances, les Pitiüses queden tan lluny com la humanitat vulnerable de la pel.lícula "Her" i l'últim reducte de la veu propera i capaç de la Sílvia Pérez Cruz, per a la qual he escrit una cançó en italià (ja que, si no m'erro, no en té cap en aquest idioma), pensada amb aquells instruments de corda del sud; *

IO SOGNO

Io sogno in un mare di speranza
Io sogno in un mondo pieno di sorrisi
In un paese senza nessuna distanza
dove il cielo non ci lasci senza latitanza;
Io sogno con i miei mentre gioccano, vicini
Io sogno, a volte, con quel vecchietto
simbolo della purezza delle crisi, zio mio, cammini;
Io sognavo ed il bimbo mi guardava
con gli occhi liberi di colpa, con troppo rispetto.
Io sogno in un mare di pipistrelli
Io sogno in un mondo di colore
Non molto lontano dagli aneli
(di quelli)
dove il cielo e l'anima fossero mille ore.

*Inacabat (perdoneu lo cursi i allò incomprensible i la falta de recursos aquí a la platja no eivissenca).

sábado, 5 de julio de 2014

CONFLICTO INTELECTUAL

El problema de mi reinserción social es que entra en conflicto con una firme voluntad de recuperar, al mismo tiempo, parte de mi vida espiritual e intelectual.
He probado en verme mirándome en muchas bodas. Acontecimientos, en su mayoría, acumulados en los últimos cinco años, como tantas otras cosas que tardé demasiado en hacer (conducir, comprarme unos zapatos, ser adulto); y en esas celebraciones ajenas a mi estropicio, en todas ellas, encontraba un motivo para insuflar aire al personaje que con tanto mimo creé al repetir curso en el instituto hace ya tantos años.
El Mundial de fútbol nos dejó sin aliento pronto, a la segunda de hecho, y en el descanso del día aciago de Chile me llamó mi amigo noruego K. para preguntarme que qué pasaba; míster Potato no ha sabido verlo, le dije, no lo entiendo. Tienes que creer, me dijo en su español de las noches alcoholizadas, como nuestra filosofía, you know.
Esta última referencia me dio que pensar tras el más dura será la caída de rigor; teníamos una frase que era como nuestro emblema, versaba sobre cómo afrontar la vida y, resumiendo para no alargarlo, hacia hincapié en la futilidad de lo prohibido. La sensación era muy positiva y, pese a la contundente eliminación tempranera, me sobrevino un soplo de energía luminosa y concluyente al percibir la playa cerca.
Holidays, bitch. Las medidas que había adoptado no me habían alejado de X. y A., como solía pensar -aquel barco zarpó en buena hora-, era solo que seguía siendo incapaz de valorar lo suficiente las decisiones que tomé en su momento. Como dice Saviano en su CeroCeroCero, 'una elección siempre trasciende el cálculo, extrae fuerza e inevitabilidad de su zona ciega. No sabes nunca hasta qué punto lo pagas. No sabes cómo serás capaz de mantenerla, día tras día. No entiendes realmente lo que estás haciendo, lo que ya has hecho.' Qué sabrían las Pitiusas...
Lo peor fue tener que hacer el DNI de mi hijo. Tuve que ir, en el primer round, a las ocho de la mañana. La cola daba la vuelta a la calle, si bien no fue suficiente: al llegar a la puerta, un policía hipervitaminado e hipercafeinado ejercía su papel de pésimo relaciones públicas con absoluta crueldad y menosprecio. Puede que piense que, sea como fuere, su puesto ha de ser ingrato y, como tal, asume su rol de villano de la función con tanta naturalidad que haga que uno no se crea con derecho a réplica ni mucho menos: 'Aquí hay gente que se espera desde la 1, no podemos diferenciar', le digo, 'nos hemos quedado cuatro sin número, no podría hacer una excepción?' 'Aquí tratamos a todos de igual', de manual: 'Si fuera así no haría falta diferenciar respecto a los que han llegado a la una, no?' 'Oiga yo le he hablado de usted, así que haga el favor...', y se contoneaba buscando a quién más repeler mientras yo pensaba 'pero si yo no te he tuteado' como un tonto.
Me fui a casa con un cabreo monumental y con el rabo entre las piernas. L. incluso pensó que le había dicho de todo al tipo, cuando no convenía si iba a volver a la mañana siguiente; el segundo round fue distinto, ya que decidí llegar a la puta cola a las putas 7. Dos horas de espera con un frío impropio de julio y mucho Saviano entre legañas. Amistad surgida entre los asistentes, sufridores todos de un sistema extraño y diferenciador, aglutinador de extranjeros, nacionales, fumadores, gente con un cuestionable sentido de la higiene; buscadores de deneís y pasaportes y permisos y papeles y alguna mierda burocrática ininteligible supuesta más. 
Acabé el trámite a las doce del mediodía y todavía tuve que aguantar frases de fondo como 'cuánta educación falta hoy en día ', y que el sbirro me reconociera 'veo que ya tiene usted número, vino ayer verdad?' o 'no le he dicho nada antes pero en el pasillo no pueden jugar los niños' y, yo, sufriendo las gotas de sudor frío cayendo por mi frente, amparándome en la pequeña Malak mientras me contaba su vida y el cómo se había abierto la cabeza en las sillas de espera cuando era pequeña -tiene 6 años i mig- en un catalán-casi-castellano-medio árabe de lo más gracioso e ingenuo, tratando de localizar visualmente a sus padres y escuchando de esquinillas, deseando largarme de aquel puto lugar y empezar mis vacaciones de una vez aunque el conflicto auténtico estuviera servido. Necesitaba un beach club para resarcirme.*

*Escrito desde el teléfono en unas condiciones inadecuadas.

miércoles, 18 de junio de 2014

MUNDIAL 2014: GRANDI SUCCESSI (BATIR AL CAMPEÓN)


Antes de irme a vivir a Italia -después del verano de 2006- hice una búsqueda musical para meterme en el papel y empezar a ejercitar el oído y, entre otros que luego fueron importantes como Negramaro, me topé con un disco de Jarabedepalo titulado Grandi Successi?, así, con el interrogante.
Pensé... ¿se están riendo de ellos? Era un Grandes Éxitos versionado pero con una duda ahí en medio que no sabía si venía del grupo (¿titulado por ellos con o sin ironía?) o de la edición italiana con o sin (mala) intención. Nunca lo comprobé y el tiempo no ayudó a mejorar la imagen de grupo-llamarada-repetitivo-muerto-sin ideas que resta en el imaginario popular, si bien acabé llegando a pensar que al bueno de Pau Donés, su líder, le importaba más bien poco todo lo que se dijera sobre él o su banda tras no poder repetir, con los años, el éxito fulgurante y atronador de La Flaca (inundando de esta manera el verano del 97 y parte de 1998).
La Roja, en cambio, no es como una llamarada. No es flor de un día. Su éxito se alarga desde 2008 y ha sido incontestable e inspirador. Su fútbol, basado en el tiki-taka o el toque, ha pasado por encima del físico con absoluta convicción, dejando en evidencia que lo estético puede superar a lo práctico y que los títulos y el prestigio no vienen garantizados por el uso de tácticas ultra defensivas ni por jugadores poco dotados técnicamente.
Los logros de la Selección Española de Fútbol han pasado a formar parte de la historia tras conseguir dos Eurocopas seguidas (2008-20012) y el Mundial de 2010. Nunca nadie había logrado semejante hazaña, convirtiendo así al equipo en leyenda viva y registro para los anales y nuestros anhelantes sueños desde la infancia más ingenua hasta el codazo de Tassotti y el consiguiente despertar, catorce años después, tras el penalti de Cesc Fábregas ante l'Azzurra y la maldición de cuartos hecha añicos.
Suena a despedida y un tanto ceremonioso pero no pretendo escurrir el bulto. No has leído una introducción tan pomposa para nada; no intentaré defender un modelo que ha funcionado claramente y que, en apariencia y según proponen algunos, podría estar tocando a su fin. En cuanto a la lista de 23, la no presencia de Callejón y Llorente, por las variantes que ofrecían, me parecían los únicos contratiempos, junto con algún puñal de banda sin Navas lesionado, ya que la carrera de Villa y Torres estaban bajo mínimos. No obstante, la plantilla es tan amplia como estupenda es la generación de futbolistas que la precede y la que la continuará (a nivel nacional con una cantera de talentos inagotable). La verdadera cuestión, lo que está en duda, es el cómo. Los jugones, que han marcado una época y nos han hecho grandes, están ahora en duda; debe ser más fácil ponerlo todo en manos de terroneros, auténticos soldados universales dispuestos a todo (libros de estilo de Mourinho y Scolari, para entendernos). La ausencia de movilidad, presión y, qué cojones, el correr, quiere sentenciar el juego combinativo que deviene de la acumulación de centrocampistas en la parcela ancha del campo, enterrando así a una de las mejores rachas de la historia y mostrando una nula y extraña capacidad de reacción ante los nuevos retos.
¿Hay falta de hambre, de ganas de conseguir más títulos y fama? ¿Puede un deportista profesional bajar el nivel debido a la falta de interés o a la costumbre? ¿Por qué los centrocampistas no corren ni pelean? ¿Es tema ciclotímico? Decíamos, sobre del Bosque, que a él no le pasaría lo mismo que al Barça (desgaste y nula capacidad de reacción en lo previsible), que sabría cómo mitigar los daños de un sistema oxidado y previsible (valga la redundancia). Que el doble pivote sería lo que el muro para el Castillo Negro: una barrera infranqueable. Que los jugadores del Madrid y del Atleti darían solidez al débil triángulo Busquets-Xavi-Iniesta. Que un Sergio Ramos en plenitud sería imposible de desbordar. Pero no.
Hablo de fútbol. Estamos en 2014 y se está disputando el Mundial de Brasil, el del despilfarro y las desigualdades, el de Neymar y el balón Brazuca. Han empezado los segundos partidos de la fase de grupos y apenas han habido sorpresas excepto la del segundo día: España cayó goleada y humillada por Holanda 1 a 5, dejando una imagen pésima y una sospecha puesta mucho más que en solfa. De ahí y del Barça de los últimos dos años vienen estas líneas mientras planea un se veía venir en el ambiente; Mourinho se cargó a Casillas psicológicamente y Xavi ya no está para grandes batallas y ya tenemos todos los ingredientes en la marmita. ¿Se acabó, pues?
Hoy, la Roja, se juega su camino ante otra roja, la rocosa chilena. Ganar dos Mundiales seguidos sería mucho más que épico y, no se me caen los anillos mientras lo escribo, así pensé que pasaría, todavía ahora lo pienso.
No es una  cuestión de falta de confianza en los jugadores. Tampoco me pregunto si, en verdad, hay que pegársela de veras para reaccionar y regenerar el equipo desde las bases. Si el seleccionador ha perdido esa chispa que le hacía ver las cosas antes de que pasaran. Ni sobre una muerte digna. Estamos hablando de crédito, el que tiene nuestro combinado. De confianza.
Sería absurdo no pensar que podemos ganar a Chile y luego a Australia y luego plantarnos en octavos de final. Ya habrá tiempo para caerse y perder ante la local Brasil o cualquier otro europeo fuerte como Alemania o Italia o la Argentina de Messi y luego levantarse de nuevo tras pasar por el riguroso túnel.
Ya habrá tiempo para hacer balance de esta gloriosa época.
Tiempo para reconocer la derrota.
Tiempo para batir al campeón.

viernes, 16 de mayo de 2014

TATUARSE ENVEJECER

No quería envejecer.

Tenía un miedo atroz a la enfermedad, esa que ahora le rondaba y antaño lo extrañó.

Solía pensar que todo cambio era beneficioso, que la dormidera acechando no podía ser buena compañera, pero El Caminante, errante en su joven naturaleza, no entendía todavía los resortes de una vida erguida y desaprovechada.

Cuando se topó de frente con aquella maravillosa mesa, entre la maleza y la salvaje promesa de un futuro sin prisas, le sobrevino un ataque que haría temblar a los mismísimos demonios de Leonardo.

A su sombra yacían los escombros de un pasado al que pretendía homenajear como réprobo de la memoria de corto alcance, artista de una eterna languidez utilizada como escudo de marras.

¿Qué había cambiado? Las compañías que lo circundaban, entre otros asuntos y no tanto los laborales. Los tatuajes.
Echaba mucho de menos a los amigos de verdad, a los de siempre. Es como si crecer y madurar y envejecer y procrear lo apartara inconscientemente de ellos, como la rama seccionada del árbol yermo símbolo de una tierra que se debate entre el hoy y el ayer.

No quería envejecer, se decía, 'solo tengo treinta y cuatro'. Y un lumbago y unos dolores que jamás había experimentado. También ha estado en lugares inhóspitos y ansiaba viajar a los Estados Unidos de América a por Albert * y a la Guayana Francesa con il marchese y sus bosques milenarios, achaques, todos ellos, que nunca parecían querer desaparecer.
Se había adelantado a la crisis de los cuarenta.

Era más de playa, de sol aprovechado. Echaba de menos el sur. Y el ser joven.

Notaba que estaba envejeciendo, y lo odiaba. Y a los anillos de los árboles altos y fuertes y a Malick que les jodan.

*ESCRITO DEDICADO A ALBERT EN SU TRIGÉSIMOPRIMER ANIVERSARIO.

miércoles, 19 de marzo de 2014

DÉCADA FNAC

En marzo de 2004, hace la friolera de diez años, entré a trabajar en la librería de la FNAC del Triangle en la Plaça Catalunya de Barcelona. Y podría ser ayer, pero no.
Fueron necesarias dos entrevistas. Por aquella época yo malvivía en un destartalado piso de Horta con un trabajo parcial de mierda y estaba enfadado con el mundo, así que solo podía mejorar: era para mi un lujo, pues. Me había cortado el pelo y acababa de cumplir 24 años. La chica del momento era una punky de cuidado, a la que preñaron poco después; desapareció entre las multitudes de la gran urbe.
En la segunda entrevista, Olga, una de las jefas (VQ en su terminología, nivel 2), me preguntó por el premio Nobel de literatura. No supe qué responder. Creo que me eligieron porque dije que El Padrino era mi libro favorito, una tontería visto a día de hoy. Debieron pensar: este tío es perfecto para Ciencias Humanas. Y allí me encasquetaron, con los freaks.
El primer día me dieron una vuelta por la librería, presentándome. Recuerdo varias imágenes, puede que exageradas o tergiversadas con los años: en el panel central, en medio del charco nada más subir las escaleras mecánicas, Xavi y Jordi C. hablando distraídamente y mirándome de reojo. Pensé: vaya dos chulas de gimnasio (con el tiempo dos con los que más me hice). La gracia de Laura M. y Jose, en Libro de Bolsillo. Y a Albert agachado, con sus gafas escondiéndose, en Idiomas. Éste me ignoró por completo con una cara de asco como de 'I don't give a shit'. Mantengo viva esa imagen. No sé si nunca se lo he dicho.
Una vez te dejan solo en tu sección, tienes unos momentos en los que no puedes más que perderte tras bajar el pie a tierra. Recuerdo esa sensación. Dios, pensé, ¿hay como muchos libros, no? La inmensidad me va a tener muy ocupado.
Luego fueron dos años y dos meses, tiempo que pasé con bastantes penurias económicas (hablamos de un sueldo que no llegaba a los 800€) y currando como un chino en el ferrocarril colocando libros a granel.
Los principios fueron duros y me costó lo mío adaptarme, ya que yo siempre solía volver los fines de semana a Manresa o salía con mis amigos que me venían a ver a la city. Quiero decir que establecí una serie de relaciones al más alto nivel y fuera de mi núcleo habitual pese a ya no ser un chiquillo: creamos vínculos que todavía hoy perduran, marcando así irremediablemente mi vida.
Es curioso cómo seleccionas qué recordar. O puede que no lo selecciones y ocurra sin más. Había un grupo humano excepcional, si miro atrás. Pienso en Vicky, mi VQ1, estaba en Venezuela cuando entré, un sol. Su ex vivía con ella y estaba en un momento vital bastante extraño. Iván, de El Masnou, todo un pintas. Àlvar, el primero que me vino de cara. Luego llegaron el Albert Repo (aún escrito así en mi agenda telefónica), el trajes, un tío encantador; Elena, que con una bomba de humo desapareció, J. Cuadrado desde Elche; mi compi Cris, una intelectual en toda regla y con la que llegué a congeniar mucho (aun tengo libros suyos, desde aquí aprovecho para decirle que se ponga en contacto conmigo). Y Ester, y Fran. Y Sonia, que también se escondía detrás de sus gafas en Infantil. Todo un punto y aparte.
En cuanto a la faena en sí, un auténtico truño. Había que apuntar la hora a la que desayunar en el punto de información, en un papel. Tenía el stock en Clásica, justo al lado. Los inventarios, no recuerdo cada cuánto, divertidos los primeros. Idealicé lo guay que era trabajar allí lo justo hasta darme cuenta, puede que al año, de que era la misma mierda que había conocido hasta entonces o incluso peor. Era imposible mantener un piso en la Barcelona del auge inmobiliario con un curro que te explotaba y que, tras pasar el subidón inicial, sólo podía ir a peor tras alguna desconexión dolorosa y una separación entre los estudios superiores pendientes y mi pesada y demasiado definida cabeza por aquel entonces. 
FNAC, diez años después. Observo como se dilata el tiempo en un periodo que me pareció eterno al principio, si miro atrás. Alucino si me miro en esta foto que no podría datar pero aprendí tanto que es imposible negar su influencia en mi; leí y descubrí mucho y agradezco lo bien que me trataron toda la gente que conocí durante esos dos años y tres meses. Si me preguntaras por lo bueno, quizá te diría que vivir en el centro de Barcelona y el relacionarme con mis compañeros. Lo malo: que seguía siendo pobre y que todavía necesitaba una salida y/o ser salvado.
Me fui en mayo de 2006 hastiado y con urgencia. Italia estaba al final del túnel. Mallorca me debería guiar hasta el Belpaese, la luz que hiciera brillar la oscuridad.
Bajo poco a Barcelona pero cuando lo hago suelo darme una vuelta por mi antigua sección. Solía pensar que aquel espacio podría ser uno de los que más había caminado en mi vida. La cambiaron al otro lado del charco, resulta curioso; resulta que Infantil está ahora en mi rincón, dónde veo a mi hijo jugando mientras yo suspiro y ojeo las estanterías en busca de alguna vieja señal.
Empezó en marzo de 2004. Este mes celebro diez años de aquello.
Mi década FNAC.

lunes, 17 de febrero de 2014

ALL-STAR WEEKEND (LA ENVIDIA)

Envidio a los Estados Unidos. Sí, les envidio.
Mi amigo A. está en Denver este fin de semana (vive en Utah) y le he pedido hoy que, ante la imposibilidad de hacer un Skype, me enviara unas fotos para hacerme una idea del tema y empaparme del rollo yankee en este weekend de NBA que me tocaba trabajar.
Me quedo con la del rito escocés de las masones. Todo es negocio, me dice "aquí cualquier fanatismo tiene cabida". Yo aplaudo eso, me sorprendo y recuerdo las leyendas sobre Armstrong y el otro tío con el que pisaron la luna y el ceremonial del pan y el vino a escondidas.
Aquí en el trabajo, suelto "envidio a los americanos. Mira, mira...", mientras disfrutamos de la presentación de los jugadores con los mejores raperos del país y me escribo con mi compi Keitib. Es el partido del domingo, solo defenderán en el último cuarto. Menudo show. "Esto aquí es impensable", digo, y oigo "aquí nos reiríamos". Acto seguido, con la interpretación de los himnos se abre el espacio para la mofa. Hay como unos generales o soldados o gente de uniforme creyéndoselo mucho. En los últimos años, era la segunda vez que New Orleans acogía el evento tras el Katrina. Repito "qué grandes, qué envidia", y surge una polémica que ya se venía calentando todo el finde. Había ganas de mierdas.
Enseño las fotos, un poco en plan paleto "mira, mira, estos yankees son la hostia. Tengo que ir allí". 
Soy un fascista. O he perdido mis dotes de orador, no sé. Me explico: consagrar tu vida hacia algo más grande que tu mismo, en una sociedad que aglutine eso, ese sentimiento, esa territorialidad. Ceder parte de tu yo a una estructura que no moleste pero que esté ahí, como un padre... Réplica: ¿Alrededor de una bandera o un territorio, cuando estamos yendo hacia un mundo global sin fronteras? No tiene sentido. Sigo: no es por la bandera ni por el tema patriótico, olvida eso, es por el aglutine que consiguen, por cómo una tierra tan vasta y tan dispar está unida por un ente superior, un padre que vigila que todo funcione. Réplica: ¿cómo Hitler en Alemania? ¿Que te diga lo que hay que hacer? Digo: Hitler ganó unas elecciones (dándome asco ipso facto), qué quieres decir solo digo que haya 'algo' por encima que te provoque cierto orgullo de vez en cuando. Como Jesucristo. Sigue: un tío que prometa cosas, trabajo por ejemplo, en una época de carestía (con otra palabra), fidelizar a quién seguir... eso es fascismo. Digo: ¿como aquí en el treinta y... (pensando la fecha), con la proclamación de la República y un tarao desde África invadiéndonos a las armas? Me bombardean: como un Gran Hermano, así luego cuando les llevan a la guerra y si ponen trabas les tildan de antiamericanos o de no patrióticos, y además hacen hasta campaña y todo. Es una manera de engañar a las masas, de tenerlas controladas. Digo: ¿Gran Hermano? ¿Qué me vas a contar a mi de eso? Háblame del Populismo de América Latina (ya ni me molesto en nombrar a Orwell). No lo digo en ese sentido, no hay nada que pueda justificar una guerra... que luego utilicen eso para promoverla es otra historia. Aguanto "ya no es ni por España ni nada. ¿Qué tengo yo en común con alguien de Solsona, por ejemplo? O los que votan al PP. Me los cargaría, no lo entiendo. Yo siento envidia por la Marea Blanca de Madrid, eso sí que me representaría", y yo digo: 
ese es otro tema, te estás yendo. ¿Justificarías la violencia contra los que votan al PP pero no contra los que promueven una guerra basándose en una bandera o en la inviolabilidad del territorio? (haciéndome polvo con la palabra). Sin dejar acabar, prosigue: "... puede que una pequeña élite pudiera saber que hacer con esa información y esa bandera y esa exageración pero las masas no y son más del 80% de la población..." Pienso "y tú, dónde coño te incluyes, joder". Hasta el término Democracia es utilizado a conveniencia, y vuelvo a darme mucho asco por no poder evitar entrar siempre al trapo, incluso si yo ya no soy el que era.
El All-Star acaba sin grandes sobresaltos. Filtrar la gente que nos visite ya es otro tema que tiene que ver más con la casualidad. Gana el MVP un jugón que me encanta, Kyrie Irving, savia nueva para la Liga. Los mates otro jovenzuelo número 1 del draft, John Wall. Y en el aire, cierto ambiente de frialdad y espectáculo deportivo descafeinado. Da la sensación de que el tinglado que montan alrdededor es tan grande que los deportistas apenas llegan a hormigas. El tinglado, como digo, es tan potente que apenas importa. Así son los americanos, los putos yankees. Se creen los amos del mundo.
¡Cómo les envidio!

martes, 11 de febrero de 2014

A LA CUARENTA

Cuarenta días después, como en la Tentación de Cristo pero con el desierto lejos, estrenamos casa.

Este hecho, como punto de inflexión evidente, hace que vaya revisando algunos elementos cronológicos de mi vida.

Casi nueve años de blog. Muchos escritos de 2004 fueron eliminados por vergüenza a ser descubierto fácilmente, lo recuerdo bien. Empezamos en Horta y luego mejor instalados en la calle París; todavía cuando bajo a Barcelona y entro por Diagonal, tiro de Eixample buscando negocios y tiendas que me resulten familiares.

Por miedo a ser invadido también pienso en eliminar mis perfiles de Facebook, Twitter y todas las mierdas que tengo en la nube o lo que sea eso que celebraban estos días del 2.0 diez años después: el que quiera ver al niño que me venga a ver y, el que quiera cultivar las amistades, que se deje de historias digitales. Nada nuevo aunque el 'quijotismo' empiece a ser un anacronismo con riesgo de exclusión social.
Esto me pasa cada 'x' tiempo. Es mi reacción contra la excesiva mecanización de nuestro mundo, cosa que nos aleja uno del otro cada día e inexorablemente un poquito más. De cómo cambian las rutinas y las gentes que regentas con los años (en un par de meses también hará diez años de mi entrada en FNAC).

He intentado ver como cinco veces The Tree of Life de Terrence Malick, uno de mis directores favoritos otrora, defensor máximo de la naturaleza _en oposición a lo dicho en el párrafo anterior. Este hecho es sintomático sobre cómo está cambiando mi percepción de la realidad a medida que me hago mayor. No es que ya no sea tan espiritual, si no que ya no estoy para hostias y me lo tendrían que vender mucho mejor, si quieren que me acerque a lo que sea. Con cuarenta segundos tengo más que suficiente para decidir si me interesa. Cuando tienes un hijo, el tiempo 'aprovechable' es menor y te obliga a seleccionar mejor tus pasatiempos (tu tiempo particular, tiempo 'perdido' se entiende). Esto también hace que me plantee si lo mío era pose y, sobre las esferas de lo profundo, qué diablos será lo que me mueve realmente (puede que no sea importante para definir lo que me impulsa cada mañana).

La semana pasada volví al cine después de mucho y disfruté viendo El Lobo de Wall Street. Fui con el primo de Laura, Daniel. Diecisiete años y una educación que ya soñaría yo para mi prole. La envidia del país, me atrevería a decir, y su hermanita otro tanto. Por vergüenza ajena juro que tuve que controlarme para no sonrojarlo demasiado mientras veía drogas, alcohol y mala vida por doquier. Sobre los dos mundos, puede que ya no poseyera las armas claves de ambos.

A menudo me digo que todo lo que haga Leo lo vería sin reparos. Al volver en el coche entre cavilaciones varias, sentí unas irrefrenables ganas de escribir y, en esta noche de perros tras los desangelados premios Goya aquí en la casa nueva -mientras oigo ronquidos en alguna habitación-, unos días después, me digo: ya no escribo como antes. No solo porque la felicidad no es buena consejera en estos viajes, no, si no porque los cambios en pocos años -años de madurez- hacen que dudes sobre si lo que has conseguido pueda llegar a ser definitivo sin herir a nadie ni salir malparado. Etapas, ciclos, épocas... extraños términos marcados por fechas clave, como la Historia oficial y el devenir de los grandes clubes de fútbol, como les gusta a los periodistas bombardear. No es que sea un invierno demasiado duro pero, cuarenta días y un poquito de mala hierba a rebanar apenas.

Cuarenta días y un par más de regalo justo cuando mi hijo se pone las manos a la cabeza para exteriorizar incredulidad con ese gesto tan inocente y gracioso recién aprendido.

Estrenamos casa... ¡cuarenta días después!

jueves, 6 de febrero de 2014

APERTURA 2: EL FULGOR DEL INDÍGENA ROMÁNTICO (VERSIÓN ACTUAL)

Ese que es aquel, ese viejo conocido, ¿quién dejó de ser?
Cuando oigo su voz le reconozco de vuelta al instante. Mira sin apenas ansia pese a sentirse observado, escudriña el espejo mientras se acicala y le pregunto yo que para qué. La misma voz me responde con otra pregunta "¿sorprendido?", obviando los tiempos en los que le miraba el cogote y odiaba ver los días pasar desde Cuenca... ¡ay de mi!
Descubro unas palabras llenas de entusiasmo que salen de su interior al estilo del libro aquel de Daniel Goleman mientras escucho anonadado y totalmente ensimismado: "¿Puede la felicidad ser un logro tan real que llegue hasta emocionar?"
Puede que antaño fuera un tipo curioso. Hoy sueña con mares de islas remotas y se acuesta tranquilo por las noches, sobre todo cuando al despertar cada mañana encuentra a su flor de loto en el lado derecho de la cama. Ese indígena, asentado entre los suyos como el león domado, es natural de M. y está orgulloso de ello. No es extraño verle con el mentón levantado por el centro, paseando su buena estrella.
Hubo una fase de titubeos pero no duró demasiado. Su carácter, forjado en uno de los barrios más conflictivos de M., lo había preparado para las vicisitudes de la vida adulta y, su compañera -amada ella-, sabía valorarlo como auténtico en un mundo tan deshumanizado. Ya ni siquiera pensaba en su padre, un trauma infantil más que superado (hay que mirar p'alante siendo positivo siempre).
No le temía a sus amigos. Pese a la distancia, sabía que ellos lo entenderían. La gente es buena por naturaleza, pensaba, pues sus amigos no iban a ser menos. Una llamada y los tendría ahí para lo que fuese. Está muy tranquilo y se regodea con ello. Hay algunos reencuentros que le quitan el sueño, por deseados; las ganas de presentar en sociedad a su retoño le pueden, y no ve la hora en que tenga que volver a acunarlo esta misma noche para cantarle las canciones de siempre.
Ese chico, conocido el, es muy fácil de reconocer. No engaña a nadie.
Mira con precisión a su alrededor y descubro un romántico fulgor de lo más arrebatador.
Ese paisano...  
¿en qué se ha convertido?

jueves, 23 de enero de 2014

APERTURA 1: EL SEPULCRO DEL FORASTERO PRERROMÁNTICO (VERSIÓN ANTIGUA)


Ese que no es aquel, ese forastero, ¿quién es?
Cuando oigo su voz no le reconozco. Mira con ansia, escudriña el espejo y le pregunto yo que para qué. La misma voz me responde con una pregunta "¿qué coño haces aquí?", qué sorpresa. Sin drogas y con un excesivo celo desde que le busco el cogote, pienso, "el tiempo está pasando, joder, y el desgraciado sigue mirando pa' Cuenca".
Descubro unas palabras que salen de su interior al estilo del libro tibetano aquél sin yo escuchar y, qué cojones, resulta que todavía sigue aquí. ¿Qué les pasa a sus ojos, que empañan su rapidez mental ahora que le van a hacer fijo en el trabajo, ahora que su hijo está a punto de cumplir dos años y le necesita más que nunca?
Es un tipo curioso. Jamás soñó a la manera prerromántica. El se veía a si mismo con una mochila recorriendo el mundo sin un chavo en los bolsillos, si bien se hizo mayor justo antes de encontrar el amor definitivo. Ese forastero, un extraño entre leones, no pertenecía a ningún lugar desde el momento en el que no lograba reconocerse fácilmente: sus problemas de autoestima, así como su naturaleza esquiva, son legendarios entre las esferas de sus entrañas.
Hubo una fase de prueba poco satisfactoria antes de convertirse en vagabundo de su propia fortuna. Percibió claramente, casi desde el tercer segundo, cierto resquemor que infundía su carácter barriobajero. Se preguntaba si había ido a más con el tiempo y si su mujer no le acabaría enviando a la mierda. Lo curioso es que, debido a ello, se había acabado aislando dentro de su propia burbuja tragicómica y achacaba todos sus males a un trauma infantil no solucionado: todo una experiencia extracorpórea de máximo nivel.
Temía la reacción de sus amigos. La gente es extraña, sus amigos crueles a rabiar. Ese forastero, ese que creó una familia en pleno apogeo -ese que no es aquel-, es un bicho raro de mucho cuidado. Siempre se pregunta las mismas mierdas que le atormentan un día tras otro. El paso del tiempo, el miedo a la soledad... y un largo etcétera que no consigue apaciguar. Las eternas dudas de viejos rencores, junto con reencuentros de pesadilla, no son nada ante el temor no infundado de una vida demasiado espaciada sin ellos, dejando así lugar a equívocos que pueden devenir en tormentas de incendios difíciles de apagar.
Cuando oigo su voz no le reconozco.
Mira estrábicamente con ansia y descubro unas palabras ajenas a sus sueños poco prerrománticos.
Ese forastero...
¿quién diablos es?