martes, 1 de abril de 2008

EXTRAÑOS CONOCIDOS

AVISO A LOS CAMINANTES
Prepárense para girar la cabeza y hacerse el "longuis".

Hay ciertos comportamientos que, por más que resulten habituales, no dejan de sorprender. Al estar fuera de mi ciudad natal por un tiempo supongo que se magnifica todo, incluso el mismo hecho de estar fuera, ya que siempre regreso y nunca acabo de irme del todo, como los Donnelly. O puede que, simplemente, se agudicen los sentidos por una extraña pócima llena de experiencia y otros ingredientes sin catalogar.
Comunque, y si has tenido una vida plena, conoces a bastante gente en general. Si hiciste el EGB en un sitio y el instituto en otro, si jugaste en 4 equipos de fútbol diferentes o tal vez te apuntaron al conservatori de pequeño. Amigos de amigos que podrán convertirse en conocidos o no, novias perdidas. En una ciudad pequeña en que nos conocemos muchos -sin tener en cuenta la espectacular inmigración de los últimos años- es difícil andar por la calle sin saludar a alguien, incluso para alguien tan antisocial como yo.
Con el paso del tiempo y los cambios de residencia, algunos siguen ahí y otros... pues perdidos por el camino.
A los 28 años, edad en que uno ya sabe con quién contar y con quién no, quién estará en el momento del juicio final y quién no, o los que llorarán y dirán "era muy introvertido, nunca supo bien bien que hacer con su talento, una pena, era un gran chico", dar un paseo por Manresa puede resultar una experiencia muy curiosa.
Te cruzas con un tío de la época del instituto con el que compartiste varios momentos, incluída alguna borrachera; los ves de lejos ya. No volviste a tener noticias suyas desde que te fuiste a la facoltà y a vivir a la gran ciudad. Se acortan las distancias, 5 pasos largos más y te lo encontrarás de frente. Si haces ademán de saludar puede que eso implique que tengas que pararte e iniciar una charla que, aunque probablemente corta, será totalmente absurda. Tú lo sabes, y él también. Así que pasamos de largo con una ligera expresión de sorpresa dibujada en ambos rostros, justo al cruzarnos. Si le has saludado levemente con la cabeza o ha salido algún sonido gutural de lo más profundo de tu gola, prepárate para, tarde o temprano, perder 5 minutos de tu tiempo. Porque no volverás a recuperar la vida que ya se fue; apenas unas cuantas batallitas del pasado para ilustrar semejante guadaña, y una sensación de agobio brutal. Y reza para que no sientas el goteo del sudor frío deslizarse por tu frente...
En cuanto al ignore total, la mejor opción como vemos, te libera de tan siquiera tener que mirarlo en un hipotético segundo encuentro. Sale de lo más barato hacerse el "longuis", lo recomiendo, humanos amigos míos. Enterrar la vida pasada para que no moleste en la actual, aunque ésta sea una porquería. Es como eliminar de tanto en cuanto direcciones del messenger, hacer limpieza. De vez en cuando conviene hacerlo, porque es muy triste ver a la gente que una vez conociste conectada y no decirles nada -no abrirles una conversación en ventana- porque te da un palo de la hostia preguntarle como está, ya que en realidad no sabes nada de él desde hace tanto que este mínimo acto puede convertirse en un terrible esfuerzo...
Bloquea a tantos como puedas, y el que se sienta agraviado -al final descubres que es un acto mútuo no declarado por ninguno, pero tú lo sabes, y esa persona también, como hemos comprobado antes también- que entre en esta dirección y exclame: "lo sabía, era un/a falso/a, maledizione!!".
Todo se resume en una palabra: comodidad. El mundo que conocemos y que nos muestran no está hecho para sufrir grandes sobresaltos. Esta sociedad del bienestar ha olvidado conceptos básicos como "supervivencia", "honor" y me atrevería decir que hasta "amor". Este último merece un aparte, ya que su significado es todo un misterio, pero ni el que otros le dieron en el pasado hoy en día encuentra parecidos, dolorosa evidencia de mierda. La capacidad de concentración puede escasear todo lo que quiera;
el respeto a la inteligencia y la cultura como método para crecer, el hecho de que vivimos en un planeta que se muere y está lleno de personas, la soledad para escucharse a uno mismo para aplicarlo después al conjunto, un paisaje mediterráneo bañado por el agradable aroma del mirto.
Un beso sentido.
Un abrazo sincero, de oso si se precia.
Carmen Consoli.
Una caricia largamente suspirada,
páginas llenas de palabras que te transportan si consigues trascender tu propio ser.
La piel de gallina...
Si alguna vez has sentido esta sensación sabes de lo que hablo. Junto a una explosión adrenalítica no hay nada mejor.
Pones el cuerpo, la carne, al límite. Llevas al extremo tu mente;
me pregunto quien no osaría hacerlo, y quién me puede devolver un poquito de esa poción mágica.

1 comentario:

No seas indiferente.