miércoles, 9 de abril de 2008

ACORDES Y ACUERDOS IMPLÍCITOS



SOBRE LA MÚSICA Y EL SEXO
El acto físico del amor -o en querencia temporal si es de recibo- requiere de ayudas o complementos que resultan básicos para la función que acometen los amantes. Ayudas en el caso que lo presente no sea suficiente, complementos que redondeen la puesta en escena. De entre las múltiples posibilidades y si la pasión no te ha arrojado a un "aquí te pillo, aquí te mato", existe la música como acicate unas veces y otras como componente "invisible". Acicate en el sentido de añadir, como vemos. La invisibilidad -bordeando la musical- está formada por todo aquello que está implícito en un acto tan personal como el sexo. Tú lo sabes, y tu partenaire también. Puede que algunas veces se hable de ello, pero no suele ser habitual; con un comentario seco de alguno de los contendientes se acaba dando carpetazo al asunto rápidamente. En cuanto a la música, resulta igual de puntillas que otros temas más escabrosos o jugosos. Siempre en el ajo, puede que aparezca uno que de escaquiño meta baza e incluso haga de ciertas melodías y guitarras agresivas su bandera y poder para esa tarea en cuestión...
Por aquí incorporamos a un convidado de piedra que aparece más de lo deseado: la mente. Para frenar sus acometidas -asociación no muy recomendable con el sexo- buscamos con premura un CD para relajar u orientar posturas. Tal vez un juguete, o simplemente meterse en el papel.
Si el sexo es cerebral tenemos un problema; ni que decir tiene que el acto en sí es, a varios ojos, bastante ridículo; los hombres nos pasamos la vida entera maquinando para meterla, pero cada vez que lo consigues no paras de replantearte tus objetivos iniciales. ¿Tan importante era? Tanto... ¿para esto? Es un trabajo actoral de calado. Para muchos, y en esto sigue amenazando terreno pantanoso, la masturbación rebela paraísos mucho más factibles de alcanzar, ya que, contrariamente al tantra, el objetivo final es eyacular. No creo que esto difiera en demasía al pensiero del sexo femenino, aunque nunca se sabe, Dios lo sabe...
Como decía, la música libera mala sangre y permite en multitud de ocasiones llegar a buen puerto. En más de lo aconsejable asociamos una canción determinada o un disco a un/a chico/a concreto/a. Quizá un grupo. Esto ocurre con más frecuencia en edades tempranas, pero a medida que vas acumulando "encuentros físicos" te das cuenta de que la música trasciende cualquier barrera, está por encima. Este arte supremo no merece esa condena ni ninguna otra; en última instancia siempre pertence sólo al propio ser individualizado, o sea, a tí mismo -y a los artistas creadores, desde luego-. Tú interpretas, tú sientes. Tú la vives. Si difícil -por trabajarla- resulta una relación de pareja, más todavía será tener, por ejemplo, una misma interpretación de un grupo o cantautor preferidos.
suenan unos acordes en el Bar de Joe y ella exclama súbitamente asombrada, mirándole con devoción y alegrías exacerbadas
- Cari, ¡es nuestra canción!
Puede que en los mundos de Wayne sirviera.
En otra esfera, el sexo, sexo debe ser y, como tal, a disfrutar. La música es... dejémosla en paz. Como dijo Luis Cernuda, "a la música hay que aproximarse con mayor pureza, y sólo desear en ella lo que ella puede darnos: embeleso contemplativo". Aprovechemos que existe, que hay creación en el espíritu que ha de guiarnos a las cotas más altas. Pero sin ofenderla, ya que no se puede vivir sin ella, o las paredes se pintarían de tristeza y me quedaré sin corazón para enjaular entre tus huesos.

P. S. : De entre las mil referencias presentes en el texto, quiero destacar la frase final tributo a Héroes del Silencio, que tanto me han aportado y acompañado a lo largo de estos años, a unos niveles que nunca nada ninguna otra cosa ha podido ni tan siquiera acercársele. Una vez más, justicia.
Me parece un esfuerzo demasiado arduo el hecho de no disfrutar de la música junto a otros placeres de la vida en según que momentos, un esfuerzo que no estoy dispuesto a afrontar. También abogo por una
apología relajada del right in two, pero esto ya es harina de otro costal y puede que nadie me crea ya.
No puedo escribir sobre lo que no he vivido, sobre lo que no conozco con certeza ni sobre lo que no me pasa por la cabeza, aunque soy experto maquillador y engullidor de diatribas, incluso cuando no paro de dar tumbos. Puede que un día me arranque...

Megadeth y su Trust(Cryptic Writings) aparecen por cortesía de una primera vez.
Gracias por llegar hasta aquí,
saluti.

1 comentario:

  1. se ti va passa dal mio blog a leggere una storia di Porto Torres

    ciao

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