sábado, 26 de abril de 2008

DEXTER Y EL LETARGO DE LA VERDAD

A SABIENDAS DEL AUTÉNTICO YO

Mientras escucho una y otra vez el crédito final (BSO de Daniel Licht), una nueva serie abre ante mí partes dormidas de mi ser. En una semana en que caí a los mareados brazos de Morfeo, mi terapia contra el mal uso de mis facultades ha sido Dexter, el descubrimiento del momento.
Ambientada en una Miami callejera y muy latina, el protagonista es un joven forense (demasiada mezcla Matt Damon & Mark Wahlberg con un poquito de Stephen Dorff i algo de Obi-Wan Kenobi) que trabaja para la policía, asesino en serie en sus ratos libres. Eso sí, sólo aniquila a la escoria que esquiva al sistema, a los malos que se libran de la cárcel.
Orientado por su padre adoptivo, un policía recto que descubre ya de niño sus ansias de matar, Dexter se toma la justicia por su mano (tema que sin duda agradará a muchos, de ahí la simpatía que origina el personaje de Michael C. Hall, y eso que es un bicho raro de la ostia) sin ningún tipo de rubor moral o ético, con gran meticulosidad y ayudándose por sus conocimientos médicos (un experto en sangre, con unos magníficos títulos de crédito iniciales).
¿Qué es auténtico y qué es fingido? La vida real es dura para Dexter, pues tiene que fingir todo el tiempo. Lo que para la mayoría de la gente es normal, a él le resulta un insoportable esfuerzo. Incapaz de sentir nada, en la serie se suceden frases y momentos memorables por doquier;
de niño, en una escena familiar playera, y ante la negativa al hecho de tener que sonreír en las fotos, su padre adoptivo Harry lo coge por banda:
- ¿Qué te pasa?
- Odio la playa, es asquerosa, quiero irme a casa.
- Pues te aguantas, de eso nada, somos una familia y esto es lo que hacen las familias.
entra música reveladora tras un breve silencio
- ¿Por qué he de fingir estar contento?
- Porqué eso hace feliz a tu madre... y porque es un modo de integrarse. (Como si no bastase lo primero). ¿Recuerdas que hablamos de eso?
- Sí...
- Es lo que hacen todos. Si te hacen fotos, tú sonríes, da igual si estás contento o no, debes hacerlo. Para integrarte. ¿De acuerdo?
Junto a la soledad asumida y la incomunicación de base (de base interior, quiero decir), son los pilares de la particular forma de ser de este tipo. Otro ejemplo, en el entierro de un policía asesinado, ya de mayor -en off-: "Es duro fingir todo el tiempo. Poner cara de que te importe la muerte de alguien. Usar gafas de sol en estas situaciones es de gran ayuda, nadie ve lo que miras ni la expresión de tus ojos, que siempre te pueden delatar".
Uno último y para no cansar, bastante expresivo también; ante el abrazo de un niño traumatizado, también en off (recurso muy utilizado que explicita pefectamente a qué se enfrenta el espectador): "si tuviera corazón se me rompería en este instante...".
En resumen, una nueva maravilla como reflejo. Algo a lo que agarrarse, que te haga sentir un poco mejor. Si se hace una serie sobre un tío así, me refiero a una serie en plan a lo grande, estadounidense, es que tampoco estamos tan mal.
Es un buen barómetro, sirve para saber a qué atenerse... y qué piensa la gente de a pie y el sistema en general. Reacciones que descubran partes que quizá no te gusten demasiado, si es que te asusta conocerte a tí mismo un poquito de vez en cuando. Aunque en el caso de los estadounidenses no sé si es muy elocuente, ya que están mega-acostumbrados a tirarse piedras sobre su tejado y salir tranquilamente por la puerta principal...
Esto...
qué miedo...
Me faltan 4 capítulos para acabar la primera temporada, y a medida que avanzo más me gusta. Ahora ha salido a la luz un oponente de su nivel, otro asesino en serie ultra-metódico, y de lleno, puesto que amenaza nuevas relaciones intrincadas con emociones de altos vuelos.
La inmunidad, la locura y la inteligencia. Y la sangre, desde luego...
en terapia, ante el malo de Ghost que será su próxima víctima
se levanta del sofá y camina por la sala
- Soy un asesino en serie, respira aliviado.
- Nunca te había visto bromear así, sí que está funcionando la terapia, ¿ves?
- No bromeo, soy un asesino en serie... La terapia me ha ayudado para recordarme lo que soy, lo que no puedo controlar.
En fin, os dejo también un anuncio de la FOX, por si alguien se quiere relamer.

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