domingo, 11 de noviembre de 2007

UNA DE PINGÜINOS


-2 grados centígrados hoy por estos lares... y una manada de pingüinos aquí al ladito de mi campana de cristal, fuera, esperando que acabe mi turno para asesinarme a martillazos fríos como el frío, a que muera congelado por la acción de los rayos cósmicos de esta maldita y desagradecida ciudad. O a riesgo de que me toquen y muera congelado...
¿Alguna vez viví aquí? ¿Soy de aquí? ¿Cómo puedo haber nacido aquí y no recordar este puto frío? ¿Siempre fue así?
Me espera un bonito invierno, necesito purgar los demonios de la noche en algún lado porque si no no voy a encontrar motivos... ¿el dinero?
Poderoso caballero es don dinero, pero a costa de esta tortura es más bien jodido;
tampoco tengo nada mejor que hacer, y ya que decidí volver... pues a pasar frío, joder.
¿Tener las manos frías siempre es síntoma de algo?
¿Y los pies?
¿Vuelvo a los jerseis de cuello alto? Los veo cutres y poco cómodos, molestan. Me recuerdan a Seinfeld y me ralla. Pero podría ser una opción buena para la supervivencia.
¿Me compro una bufanda más gruesa y de tonos lilas?
Empiezo... a ver. ¿Empiezo a ponerme camiseta de tirantes debajo? Sí, de esas blancas míticas Ferrys, la vestidura habitual de los ociosos mafiosos que se sientan fuera de sus negocios a charlotear y pedigonarse. Solían ser un componente de apoyo agradecido al resto de la ropa, ¿lo recuerdas?
También recuerdo que mi hermano pequeño usaba medias de futbolista -aunque el nunca jugara- para hacer más llevaderos estos climas. ¿Me hago con unas?
¿Y los gorros? Sombreros... no, va, no. Gorros...s í. Ayer, entre mi ajuar de invierno manrusiano, encontré mis dos de siempre, uno negro más ancho y abrigador y otro más fashioneti, Kangol Samuel L. Pero va a caer otro aún más abrigador, está por ahí cerquita.
En cuanto a las chaquetas tengo un problema eh, aunque siempre me quede mi antigua Levi's. Guantes paso, siempre he pensado que son tan inútiles y estúpidos como los paraguas, aunque quizá deba replanteármelo, y esto es lo que más me jode de este invierno del carajo que preveo, y que acaba de empezar. Por no hablar de los paraguas un poquito más... me parece absurdo salir a la calle equipado con uno. Primero ya es incómodo porque te elimina una mano; segundo es de mongolo llevar uno encima como esperando la lluvia, ¡casi deseándola! Esto lo atribuyo al daño que hizo en su tiempo la peli de Cantando bajo la lluvia, arraigada por desgracia en la cultura popular. Tercero... que son horribles, joder, y que nadie se lo ha dicho aún a Rihanna.

Me cruje una ligera obsesión, pero espero no darme cuenta y salir vivo del envite.

1, 2, 3... sol, para paliar estos jodidos efectos, porque es duro de cojones, de verdad.
Creo que voy a pedir un aumento de sueldo. Veo las montañas de Montserrat desde aquí, garantes de una antiguo estilo de vida y puede que del Santo Grial, Himmler vino a buscarlo...
Pues no, ¡¡a la mierda!! Putos monjes samoanos... ¡¡es por culpa de esa gran muralla de piedra que aquí pasamos frío!!
Cazzo!!
¡¡Voy a morir por inhanición, congelación e hiperglucemia!!
¿O por un fallo múltiple orgánico?

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