jueves, 17 de julio de 2008

TERCER ACTO: LA MEDIDA DE CADA UNO

Della bellezza barocca di Noto al inferno schifoso di Cavarra, y tiro porque me toca.
La vision de un mundo deseado, fuera de lujos y bondades, sigue negandose a los ojos de los sin techo. Ojos que cuando vuelvan a abrirse nos habran transportado de nuevo a nuestra rutinas, y a maldecir nuestra mala suerte de nuevo.
El tormento de no evitar pensamientos de sufrimiento, junto a este cansancio que parece cronico, descartan el maximo disfrute en situaciones asi. Rodeados de moscas y pseudo-hippies sicilianos, bajo el unico amparo de una roida morera, el mundo deseado -en esta mattina de domingo- se reduce al instante de una mirada rubia nortegna. Era aquello tan cercano que no se debio abandonar tan pronto, joder, que el riesgo de un vuelo convertido en un pallaso con sonrisa maléfica estaba demasiado presente, como astro inalcanzable por majestuoso.
El paraiso en un segundo evaporado...
Los tiempos se acortan y las caras protestan ya. Un acontecimiento de este calado salvaria un "ya no nos aguantamos, mec", pero voy a dejarme llevar. Porqué sé que lamentaré el haberme lamentado y me diré: "Marcellus Wallace tenia razon". Miraré las fotos para recordar el recorrido, antes de morir en Palermo, para que quede constancia y apoyen futuros desastres.
Siendo consciente, si dicen que se puede elegir, que la vida es eleccion, eligo salir de aqui ya, y que me esperen un par de besos.
Cumpli la mision, volvi a curtirme. Dejad regresar a los chicos, que lo que aqui acontecio no fue real,
y si lo fue,
ya no esta.

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