sábado, 27 de octubre de 2007

VIDA EN TRES MUJERES


La velocidad. El movimiento.
La velocidad y el tipo de movimiento que cada uno le imprime a su vida. Unas veces puedes elegir, otras te viene impuesto. Velocidad es un término que implica tiempo, tiempo recorrido. Darte cuenta de ello o no, ser consciente, según los momentos vividos. Momentos buenos y momentos malos, velocidades rápidas y velocidades lentas tal vez. Movimiento constante, velocidad rápida también. Poco movimiento, velocidad lenta, tiempo recorrido eterno. Siempre según los niveles de consciencia de cada uno.

Segunda parte: Tiempo. Al final es el gran hechicero, el gurú de turno, Michael Jackson, Sylvester Stallone, presidentes muertos. El auténtico protagonista de este blog y verdadero tormento del que escribe.
¿Cómo te das cuenta? ¿Te levantas un día y dejas de tener pelo? ¿Así de repente? Es como... a ver. Te crece la barriga, te... duele más el cuerpo, ¿acaso te cuesta más recuperarte de las borracheras?
Deberías dejar de mirarte la coronilla con el espejo de mano del baño -aunque te pique no te rasques más-, afróntalo. Las entradas también son sexys.
Tener una buena higiene personal puede ayudarte, si es que eres de estos. El hecho de arreglarte, puede que incluso depilarte, cortarte más a menudo el pelo -si es que te queda-, ir al gimnasio aunque siga siendo una idea absurda, tal vez echar unas canastas, un partidillo de fútbol para acabados; comprarte ropa nueva, prueba... sí, intenta ir un poco a la moda, pero sin renunciar a tu estilo.
Disfrutar de los numerosos placeres que tiene la vida, como la comida. Follar. Primero el comer como acto por ejemplo. El elemento culinario gana fuerza, es obvio. El vino... el vino sí, hay que explorarlo. Puede que algún día hagas un curso de catas o un viaje de esos gastronómicos por Castilla, e incluso puede que Robert Parker te acoja en su seno si se te gira la castaña y descubres que es la pasión de tu vida. O podrías probar el Callejo, de la Ribera del Duero, no te costará ni 7 euros el joven.
Asumir tu puretismo patéticamente, con algo de Houellebecq para hacerlo menos traumático.
Tienes dinero, y pronto tendrás más. Y tranquilo, esos derrames cerebrales que le vienen súbitamente a la gente no son para tí, a tí no te pasará. Gasta dinero, viaja. Organiza combates de boxeo clandestino de bienvenida al club.
Viaja. Y folla. Dos de las cuestiones más importantes de la vida. Busca también cómplices, o asegura los que ya tienes y ni siquiera sabes. Recónocelo.
Echa un vistazo al pasado. Tal vez no sea tan pasado ni pesado como parecía.
La velocidad, el movimiento, el tiempo. El follaje. Viajar. Todo esto como modo de vida, y aprende a saborear todo lo que pueden ofrecerte. No digas no a nada, coge un tren y bájate en una estación que tenga bancos azules.
No hay que rendirle cuentas a nadie, sólo a tí mismo.
No hay arrepentimientos posibles, sólo decisiones. Lo que venga después hay que asumirlo, pero si se orienta bien no tiene porque salir mal. Sé consciente de tus actos.
Yo ya tengo mi vida en tres mujeres, un par de autobuses y unos pantalones negros.
Mensaje patrocinado por Karma Tours, ciudad de vacaciones.

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