Debe de ser por la pesadumbrez adherida a su ADN y por su mala conciencia, pero no podía dejar de verla, ni de pensar en ella cada día un poquito. Quizás le trajera de nuevo aquella vida que tanto anhelaba y tanto le aportó, visto con la distancia que dan el tiempo y el olvido. O puede que solamente fuera la nostalgia de una vida mejor, más pedigüeña, ya que no podía entender cómo seguía varado aún sin hallar una salida.
Sí, se inclinaba más por esta opción, debería ser por aburrimiento total, por KO. Sin desmerecer a nadie, era un maldito egoísta hijolagranputa, que sólo en tiempos de paz absoluta se acordaba de los otros. También había una corriente que decía que ella seguiría ahí por un largo periodo por otros motivos, que valía realmente la pena y que su encuentro no fue casual. Casual en la medida que lo son todos; básicamente el contacto con otras personas que aspiran a dejarte huella, y a permitirte que lo valores en su justa medida sin tener en cuenta las circunstancias de la vida que estés pasando.
También era una buena opción. Probablemente sería una mezcla de ambas, o quizá haya otras. Lo que es seguro: ni el lugar ni el contexto se repetirán jamás, aunque no le importara demasiado.
Por suerte parece no haber cambiado mucho, aparte de esta última evidencia.
-He visto a casi todos en septiembre.
-¿Todos?
-Todos los que yo quiero ver.
enumerando 4 o 5 nombres
-Pues vaya, será que falto yo...
suspirando
-Jodeeeeeeer...
Se acuerda de aquél día en el Movida. Se dice que sentó las bases para establecer una relación normal-guay que nunca ha podido tener con ninguna otra chica. El sexo está por todas partes incluso cuando no lo practicas con asiduidad. Consiguió superar esa barrera y llegar a un espacio de máxima libertad y disfrute para los sentidos, cerquita de la nada y el todo. No impresionar ni querer impresionar; no es importante nada de lo que has hecho antes hasta el momento de ir a buscarla, no hay nadie más. La vida empezaba en esos huecos, esos impasses que ambos se sabían recovecos de pura realidad.
Autenticidad, tranquilidad... y una cámara de fotos.
-Pues vente y si no llueve salimos a hacer unas fotos.
-Bueno, y si llueve también, ¿no? Salen fotos guays también.
-¿Tú has visto la que está cayendo por aquí? Me da miedo salir de casa.
-Tranqui, que para cuando llegue yo ya no lloverá...
-¿Me lo prometes?
Para alguien que no puede escapar de su pasado esto es una bendición. Seguían sin darle cuartelillo, le ahogaban con sus pretensiones, pero Amélie no; ella nunca le pidió nada. En un breve intervalo se hicieron inseparables.
-¿Cuál es tu canción favorita?
-Y yo que sé...
En Alemania bien lo saben. Dicen que si dejas de buscar acabas encontrando. Que hay gente ahí para tí en el mundo.
La gente dice un montón de chorradas. No hay nada que pueda explicar nada, nada de nada. Las palabras suelen desmerecer a quién más lo merece, son injustas. Esto les creó alguna que otra comidilla entre la muchedumbre; pero, ¿qué sabrán ellos? ¿Acaso alguien puede ponerle nombre, letras y demás mierdas a algo así?
"La palabra destruye, separa; cuando es lo único que queda entre un hombre y una mujer, justo es concluir que la relación ha terminado. Cuando, por el contrario, la palabra viene acompañada, suaviza y en cierto modo santificada por las caricias, puede cobrar un sentido diferente, menos dramático pero más profundo, el de un contrapunto intelectual despreocupado, sin un desafío inmediato, libre".
En realidad es lo bonito del asunto, aunque para Houellebecq seamos sólo cuerpos, sobretodo, principal y casi únicamente.
Para hacerle justicia a alguien no hace falta mucho. La verdad es que nada.
Eso lo aprendió de ella.
Así que se acabó este escrito. Por miedo al agotamiento y por esto último: a la mierda con las definiciones.
Tengo entendido que le gusta que hablen de ella, verse reflejada por ahí a ver si alguien se enamora de ella o algo por el estilo. Enzo me dijo que le había preguntado estos días incluso por la foto que encabeza este texto:
-¿Qué te ha dicho la gente?
-Que estás buena. Bueno, me decían: "joder, está buena, ¿no?"
-¿Y tú que les respondías?
-Que sí bueno, que suponía que sí pero que la foto te hacía mucho, mucho bien...
-Qué cabrón que eres... Pues a mí no me gusta, salgo de puntillas como una korky.
-No sé, parecen dos personas distintas, bueno, como 2 caras de tí, es una foto rara, ¿no crees?
Ya es lo que se oye, romper un silencio así no tiene perdón, digan lo que digan y aunque le cuelgue esta semana que viene por estas últimas líneas...
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