domingo, 5 de diciembre de 2010

CUESTIONES DECENALES


Me he llegado a preguntar muchas cosas tradicionalmente, y a medida que se acerca la Navidad y fin de año, todavía más. ¿En qué he cambiado? ¿Cuáles son las cosas que me preocupan ahora? Y un sinfín de mierdas por el estilo.
De los viejos amigos no reniego. Siempre creí que nunca me abandonarían. Hoy me cuestiono cómo, desdeñando tatuajes y cervezas, pero con este puto frío no apetece un carajo. Lo llevo fatal. Salgo de trabajar con -1 o -2 y llego tieso a casa. De las anginas todavía no hay noticias, pero no importa demasiado: en ambos casos estaría jodido.
Casi he acabado la selección de fotos que hago anualmente para la Clausura. Sólo falta diciembre, naturalmente. Supongo que la Navidad será el centro de atención del último mes de este primer decenio, o puede que no. Puede que encuentre consuelo en esta puta silla, como es menester, qué sé yo. Sólo sé que el tiempo pasa volando, y que lucho para que esa jodida obviedad no pese más de lo acostumbrado.
Respiro tranquilo, finalmente. Ha sido un camino pedregoso, pero el trabajo no está acabado. De vez en cuando aparece una oscura esquirla a la que reservo un buen asiento en mis sueños. La muy jodida no me da tregua, aunque esté lejos de convertirse en pesadilla.
Sigo sin encontrar mi verdadera vocación {si es que tiene que ser obligatorio tener alguna}, así que estoy a un paso de convertirme a la religión de esta puta silla. Sólo me falta un ingrediente para completar la receta y echar el ancla en el deseado puerto. Mientras tanto y por si acaso, seguiré esperando en plena armonía. ¿Qué más podría pedir?
Diez años atrás y apenas un par de certezas. Eso sí, de las más trascendentales; es excitante comprobar cómo se exhiben para dirigir el cotarro con absoluta maestría, de tal manera que huiría del país si me llegara a faltar una de ellas. Sobre todo una en concreto. Y adelanto que la otra es un grado de madurez que no discute ni se confronta con el paso del tiempo.
Me he llegado a preguntar muchas cosas tradicionalmente, incluso sobre qué demonios debería tener la gente en la sesera. Pero ahora que se acerca la Navidad y fin de año, finiquitada la década, mucho menos de lo acostumbrado.
Y un sinfín de mierdas por el estilo.

3 comentarios:

No seas indiferente.