viernes, 6 de marzo de 2009

A OJOS AJENOS *

Conozco a Enzo de la whiskería, es un buen tipo, sincero.
Dice que tiene 29 años, pero no lo parece. Al ir tratándolo, lo que más me llamaba la atención era que no paraba de hablar de él.
Hablaba como una metralleta, al estilo Tarantino, y todo lo llevaba a su terreno. Nunca había visto nada igual, al menos no algo que yo hubiese conocido antes. Me gustó desde el primer momento en que lo vi, desde el primer día. Mientras yo me hacía cruces, el seguía hablando sin parar... ¡ni debajo del agua se callaba!
Más tarde descubrí que era una especie de táctica, siempre a la defensiva, como su modo de resguardarse.
Parece demasiado inquieto para lo que podría llegar a ser. Un tío que reconoce sus incapacidades abiertamente pero que pretende aspirar a dominar el mundo... resulta un poco patético. Creo que por eso bebe tanto; cada vez que lo encuentro aguanta una copa en una mano y en la otra un pitillo de esos de liar, en la barra de algún bar, rodeado por una extraña áurea cubierta de humo. No sé si llamarlo “carisma”, “personalidad” o, simplemente, "farsa". No acabo de estar segura.
Aúna a ese deje decadente medio Nacho Vegas, medio Ray Loriga, una cierta sensación de estar derrotado de antemano, antes de empezar cualquier cosa de las que tenga que llevar a cabo. Creo que le encanta cultivar ese aire misterioso, cuando en verdad no engaña a nadie, es demasiado visceral. No tiene ningún brillo en unos ojos ya de por sí algo estrábicos, inexpresivos. Y no te digo nada sobre su caminar, pesado como una obligación cruel, o peor aún, como si andar fuese una obligación (que te legitima del todo a usar joroba).
No tardé mucho en follármelo. En la cama resultaba tímido al principio, y a la pregunta de si con la luz apagada o encendida, te respondo que con luz tenue. Para la segunda ocasión, compré velas que ayudaron a crear un ambiente propicio y relajado. Me da que le da demasiado al tarro, no sé hasta que punto es bueno esto (almenos no mucho para esas "ocasiones", tú ya me entiendes). En esa misma segunda ocasión, me sorprendí al verle sacar un par de cedés de su mochila; la música para él es imprescindible, me contaba en uno de sus eternos discursos contradictorios (lo curioso es que al final los acaba cuadrando, y si te despistas un momento ya estás perdida) cierta teoría sobre su uso: resulta que había una música para cada momento y cada lugar, pero eso sí, ésta no pertenece a nadie, y sólo respondía ante un sentimiento universal…
No quiero cansarte con detalles, pero también es muy maniático y “ceremonial” (en eso me recuerda un poco a tí); sólo para que te hagas una idea, el otro día, en su casa, le pillé ordenando sus zapatillas en fila y según la estima que les tenga en esa época concreta…
Casi desde el inicio, fue directo conmigo, soltándome el típico rollo que no entiendo como aún os montáis los tíos, sobre la libertad (no, Fromm no), nada de ataduras y demás, pero sonaba más bien a pataleta de niño que otra cosa.
Cumplía, pues, todos los requisitos para enviarle a la mierda al cabo de un mes, ya que podría llegar a ser insoportable, ¿no crees?
Un tío con el síndrome de Peter Pan, rarito, con pánico a comprometerse, sin coche ni casa ni proyecto de ningún tipo, parlanchín como pocos (por citar sólo sus principales características), era como para abrir la tapa después de un par de polvos y tirar de la cadena sin pasar por la casilla de salida. Tu te reirás, pero precisamente eso era lo que le convertía en un ser entrañable y totalmente arrebatador. ¿Cómo podía quedar gente así aún?
Una, como buena Acuario y que tiene algo de María Auxiliadora (como bien sabes), busca y se pregunta e intenta salvar siempre al prójimo (o sea, que soy más tonta que Picio). Hace que (quiera o no) escarbe en mi interior y me enfrente a mis demonios, pero debo decirte que en esta historia él juega a caballo ganador. No tengo ni idea de cómo me ve a mi, pero está claro que el as lo lleva él. Es imposible no ir a remolque con alguien así, no me importa reconocerlo. Trato con un tío que no creo que haya escuchado a nadie más de 5 minutos seguidos en su vida y que parece vivir en otro planeta; de todas maneras, parece haber desarrollado ciertas estrategias para que eso no se note lo más mínimo,
es increíble…
Como no puedo renunciar a todo eso, he decidido seguir y vivir al día, cuando se acabe… pues se acabó. Así tiene que ser, con éste no puedo hacer las mismas cosas que hice con otros (ya descarté cualquier grabado con la doble “E”), ni seguir los mismos pasos. Un tratamiento convencional no funcionaría, sería totalmente inviable, avanzar como pareja y esas cosas…
¿Resignada? Puede ser, pero… ¿qué le voy a hacer? Es superior a mi. Lo único que me molesta es que mis amigas tengan relaciones con cara y ojos, mientras yo, a estas alturas, casi no tengo ni dónde agarrarme… Bueno, sobretodo es la influencia del entorno lo que me ralla, pero claro, que te voy a contar a tí que tú no sepas y no hayas vivido en tus propias carnes...
Ellas me preguntan que para cuándo nos iremos a vivir juntos y cosas del género. Yo respondo con un “ahora estamos muy liados, no es el momento pero todo llegará”, por los dos, engañándome vilmente. Pronto me descubrirán, pero aún no estoy preparada para afrontarlo. Primero tengo que aclarar ideas, aunque procese lentamente y a veces esté demasiado tiempo transitando por callejones sin salida y no vea ningún futuro con él, sé que esto es lo que necesito ahora (y si me engaño un poquito más, me digo que, como mínimo, esto es lo que tengo ahora), lo que quiero hoy. ¿Pan para hoy y hambre para mañana? El tiempo dirá...
Vale, hazme un favor, no seas muy duro conmigo…
Te dejo que voy al cine a ver la última de Clint, que he quedado a las cuatro. Uy, un domingo, y al cine cogiditos de la mano… ¿Es posible que me haya vendido la moto y yo haya caído como una tonta?
Ya te diré si es de los que comen palomitas y eso, je, je, je.
Por lo demás, todo en orden, viento en popa a toda vela.
Sin otro particular, espero noticias tuyas (¿qué pasó con aquél alumno al final, te lo follaste?),
te quiere
Esther.

P. S. : Si te estás preguntando como es, vas a tener que esperar. No tengo ninguna foto en este ordenador, estoy esperando que me pase las suyas (va todo el día con una Réflex en plan pesado). En cuanto lo haga, las cuelgo en el Facebook y me dices qué te parece, aunque miedo me das…


* El destinatario de este mail cometió el error de reenviármelo, inmiscuyéndose (pudiendo provocar un cambio de rumbo), haciéndome acreedor de un poder que puede que no acabe de gustarme demasiado y me esté haciendo pensar ya en ahuecar el ala…

3 comentarios:

  1. Este tío es realmente egocéntrico (lo tenia claro...¡pero hoy te has superao!jajaja)... lo de al estilo Tarantino es lo que le gustaría conseguir (¡y lo sabes!). Es cierto que su forma de hablar y de escribir le sirve de escudo... pero al mismo tiempo se desahoga usando esas frases indescifrables y esas palabras inentendibles, pero que para él ya son suficientes. No creo que tenga el síndrome de Peter Pan, sino que tiene miedo a lo que le pueda llegar y lo rápido que le puede pasar... ¡pues ya tiene una edad!
    Se caracteriza por su sinceridad y aquí lo ha demostrado: no creo que haya escuchado a nadie más de 5 minutos seguidos, y eso es así! Te acostumbras, ¡es único!jajajaja Uno de sus puntos débiles son sus miles y miles de manías!(te conozco desde hace poco... pero TELA lo maniático que llegas a ser!!!) aunque para mí no es el más importante… lo que más me molesta es cuando ahuecas el ala… ¡como lo odio Stronzo!(y lo sabes!)
    Cuida’t Enzo! Ja saps qui sóc! Petons!

    ResponderEliminar
  2. me ha parecido muy interesante, pero me ha dejado con la intriga que viene después?

    ResponderEliminar

No seas indiferente.