sábado, 21 de marzo de 2009

MAÑANAS OBLIGADAS BAÑADAS CON VINO AGRIO


No acabo de acostumbrarme al hecho de tener que estar aquí, aguantando con la cara para no desfallecer.
Desde el momento en que, al inicio de todo, decides y visualizas unos objetivos, todo deviene en ingratas obligaciones. Y no hay nada peor que atar al ser humano en corto. Volvería al tema de la rapidez en las decisiones, o mejor dicho, al de su lentitud (esa tensa espera hasta que cumples lo acordado o te acercas mínimamente, que viene a ser lo mismo). Habrá días en los que pienses: casi mejor no hacer nada y no sentir ese maldito yugo, joder.
Ves, por ejemplo, ahora estoy en una jodida conferencia. Es el final de una larga cadena que me ha tenido en galeras todo este frío. No me estoy durmiendo, no. Es el precipicio de la salud mental lo que me preocupa, que los mareos no andan lejos. Puedo sentirlo. A estas cosas que normalmente se montan por las mañanas, mi habitual falta de sueño (por llamarlo de alguna manera, ya que insomnio no sería la palabra) puede convertirse en un arma de doble filo; podría dar lo mejor de mí bajo presión, o podría derrumbarme miserablemente como un castillo de naipes. Aderezado con un mal uso del sagrado exilir, noto como mi ser y todo Yo soy como una alma que me abandona… Això no es pot aguantar.
Corro el peligro de que se me vaya la cabeza pues. Y todo por una mierda de obligación que ni siquiera sé si me va a salvar la existencia. Estamos aquí apilados, pasando calor, y al escribir esto mismo, percibo un aumento súbito de mi temperatura corporal, me arde la testa y se me suben los colores sin remedio. Pienso en que es demasiado pronto para abandonar el barco, puede que haya que firmar al final: toca aguantar hasta el último segundo.
Es sólo un ejemplo sobre cómo van las cosas, ¡maldigo el momento en que me apunté a danza clásica! Con el tiempo me he dado cuenta de que no puedo hacer más de dos cosas a la vez. “Cosas” en cuanto a actividades de la vida, ya me entiendes. ¿Respondo, pues, al cánon del típico hombre? Las clases de alemán, danza, aquél cursillo oficial, la guitarra de CEAC y entrenar los lunes, miércoles y viernes. Y claro, trabajar. La solución es montárselo para dejar sentenciadas en invierno todo lo que puedas, que ahora en primavera va a ir a alemán (30 minutos ir y volver 3 días a la semana) Kung Fu, por decir algo concreto. No sé si esto significa que me estoy apalancando, sé que alguien podría llegar a decirlo. ¿Comporta eso, del mismo modo, una menor inquietud con la vejez? ¿Acaso ya no me quiero comer el mundo? ¿Alguna vez quise comérmelo?
No es sedentarismo, de eso puedo dar fe. Es lo falso que es todo, lo falso que resulta todo. ¿Para qué voy a hacer tal curso si después no entraré a trabajar en esa empresa, ya que pondrán al hijo, hermano o primo de alguien? Hoy (y ayer y siempre) todo funciona con enchufe. Odio recurrir a tópicos para apuntalarme, pero es lo que hay. Suena tan vulgar como es en realidad, ¿verdad? És una realidad apabullante de la que no reniego, sólo me hago eco de la mentira diaria que tenemos que soportar. En estas me sobrevienen ciertas náuseas por ser parte de ese puto circo de tres pistas…
Y éste ya lleva hablando una hora sin ton ni son; le da igual que la gente se duerma, que vayan saliendo de clase, ahora entran… con tal de soltar su discurso, que llegada la hora convenida, fijo que se larga escopeteado. Cazzo, acaba de poner cara de “… mierda, no le he enviado un mensaje a María para ver que hacía de comer, espero que hoy toque paella, ¡joder!”. Pero tiene tan interiorizado el rollo que le importa tres cojones lo demás. A una pregunta responde con evasivas, corta y continúa hablando. No le culpo, cada uno se las apaña como puede, pero a eso mismo me refiero. Si abres un poco los ojos, no se aguanta por ningún lado.
Hay unos límites de soportabilidad, y los míos están bajo mínimos. Desgraciadamente, hoy en día toca "mentalizarse" más de lo normal, y eso es una auténtica guadaña.
No pienses tanto, o estás muy depresivo, ¿no?, me dicen mis vecinos de aula. Sigo teniendo la necesidad de mostrarme como el gran voyeur que soy (todo es analizable y no te preocupes, que tendrá su correspondiente palabra o frase), buscando aliados allá por dónde me mueva. Lo que al principio parecía una elección, se ha acabado transformando en una forma de ser y ver el mundo. ¡Ojalá pudiese cambiarlo! Aunque no soy sincero del todo, no conozco otro mundo. Yo no vivo aquí a tiempo parcial, como la mayoría de personas que han manifestado algún "desequilibrio" y se han topado conmigo; camino por esa delgada línea roja a tiempo total. He llegado a tal punto (antes de los 30, y sin querer ser pedante), que la única forma en que podría alcanzar la felicidad sería teniendo una pequeña choza, cerca del mar. Con un pequeño viñedo y una vespa para bajar al pueblo a comprar el pan recién hecho, y montañas de libros y hojas y libretas con sus bolis, lápices y sus plumas respectivas… Fíjate que ni hablo del amor, porque esto es, en sí mismo, un grandísimo acto de amor, solitario y consciente.
Ya estoy preparado para esa vida. Todo lo demás me parece hueco y una pérdida de tiempo lamentable. ¡La palabra "responsabilidad" está más sobrevalorada que Karim Benzema! Pero claro, ese no es el mundo que condivido, así que aquí sigo, desgastándome, teniendo que engañarme día tras día para tener una razón para levantarme cada mañana (compartido por tantos esto), intentando que no se note mucho que en realidad, me he separado del ganado ya casi abiertamente (conscientemente), creando y desarrollando mi inútil currículum, volviendo a perder más tiempo y a preguntarme: ¿Para qué cojones sirve esta mierda? ¿Qué cojones se supone que estoy haciendo aquí?
Joder, levanto la cabeza y no veo nadie conocido a mi alrededor, me he vuelto a equivocar de clase.
Las semanas vuelan (hoy ya es sábado implacable), y yo ni siquiera debería haber estado aquí hoy. ¿Alguien sabe cómo demonios estamos llegando tan pronto a los 30 ya? Haré lo que se supone que debo hacer, como una maldita obligación del carajo, buscando alicientes, aliados, enemigos (créeme, más necesarios que los propios amigos), chicas, canciones y toda la parafernalia; en espera de la vendimia, justo mientras me acostumbro a vivir sin tener que llegar a pensar que puedo desfallecer en cualquier momento,
en cualquier lugar...

3 comentarios:

  1. Reflexión... hacia la vida. Lo deseado, ese punto de negación a ese misero sistema que han creado, para decirnos que camino debemos tomar y que pautas seguir como si fuéramos un jodido rebaño, para romper y huir en otra dirección... quien pudiera...

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  2. ...siento leer tales palabras...

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  3. No vas a desfallecer, tranquilo... aun te quedan casi 30años de dar xl sako! un besooo! kuidat!

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