domingo, 10 de diciembre de 2006

DÉJÀ VU (VIVA LA GUERRA, Vol. 2)

¿Porqué no ondean nuestras sábanas tan bien manchadas?
Ya en el frío manrusiano y con muy poco margen para nada, es muy fácil visualizarlo. No puedo ser así. ¿Qué pasa? Era ella corriendo hacia mí... ¿qué pasa? 2 semanas claras, no la líes, y allí me quedé. Aturdido, abismado... con un cigarrillo en la siniestra y la sensación de haberlo vivido ya. No preguntaré si es real o qué lo es, pero olisqueaba el cambio, vasos y cucharas por cuchillos y machetes. Así todo el mundo sale ganando. Ya es media noche, domingo, y ella sigue aquí, dormida. Lejos de todo, incluso de la tristeza. Congelado, exprimí mis últimas cartas antes de volver, y este fin de semana quería asegurarme y quemé todas las naves. Ahora estoy completamente tranquilo, pero antes me preguntaron que porqué lo hacía. "Soy un notas". Llegaré a extremos para poder resetearlo todo, y vuelvo a equivocarme. Cuando no hay claridad he forzado para ver hasta dónde podéis llegar. No sirve para nada, en realidad todo sigue su curso menos tú, aburrido y denostado extranjero. Me he mareado, he perdido esa la mayor de las nociones. Necesitaba aire y eché tierra de por medio para ver quién dejaba huellas al pasar por ese sendero y quién lo bordeaba. No me apena este horizonte solitario. Todo el mundo se viste y deja los zapatos para el final. Repito, todo el mundo. Cuando me siento mal pienso en la imagen que tienes de mí. No quiero saber qué dices cuando averiguas quién soy. ¿Cuanta veces sientes el abismo?
Me despierto mirando mis Diadora con una sonrisa y sale el sol por mi balcón, el mismo que me quiere suicidar.
No hay nada más. ¿Cuál es el límite de aguante de un ser humano?
Dále la bienvenida a cualquier cambio y deja de lamentarte, no entiendo porque alguien no lo haría.
El tiempo avanza a golpes en la pared, y sale el sol en esa misma pared, Jake. Ha llegado la hora.

Anoche soñé que hablaba por el hueco de tu escalera.

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