Es el tiempo que transcurre desde el momento que ves una situación hasta que ejecutas la acción que se deriva de ello. Nunca he podido tener la suficiente paciencia para dejar que todo siga su curso. LLevo 2 semanas en este lugar y parece una puta eternidad. Me falta esa pizca de suerte para centrarme y luego ¡pum!, hacer saltar la jodida banca. Soy de naturaleza dispersa, los pensamientos se agolpan en mi cabeza en un mareante puzzle de difícil interpretación. He ganado en puretismo, puesto que ya sé descartar los que me amargan, pero es tal la marea que azota mi navío que creo no poder vivir nunca en paz conmigo mismo. ¿Por qué puedo solucionar los problemas de los otros y los míos no? Me refiero a que puedo ver con facilidad las cosas, pero sin aplicármelas a mi directamente. Soy: haz lo que digo y no lo que hago. ¿Estoy en el mundo para guiar a las almas descarriadas? Lo dice mi horóscopo...
Me voy a Barcelona, son les Festes de la Mercè, dias lluviosos y llenos de mocos (a una semana vista de largarme). Ahí está Gnöit. Aenigma!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No seas indiferente.