viernes, 13 de mayo de 2005

JIMMY YOSHIMITSU MISHIMA

Es el nombre de mi gato. Bueno, de nuestro gato. Sigue siendo muy curioso todo esto, hoy quería hablar un poquito sobre él, sin más.
Después de unas tres semanas ya forma parte de nuestras vidas, es uno de los nuestros. Vivo con tres tíos más en un piso de l'Eixample barcelonés, y la llegada de el minino nos ha otorgado un plus de vida y alegría que temía perder. Hoy el tres es mi número (tres horas hablando por teléfono ayer noche de piel de gallina). Mi colega Danny le tiene un miedo atroz y le hace volar más de lo normal, y sigo pensando que alberga alguna que otra esperanza de probar qué pasa si lo pone en el microondas... pero ni yo, ni Blake ni mi brother Van Böy vamos a permitirlo.
Para nosotros ese bebé (apenas tiene tres meses) es fuente de río y caudal, el cariño y cercanía que nuestra agitada vida sentimental se niega a otorgarnos. Y todo eso aderezado con este gran buen tiempo que nos invade ya por fin. En Oslo estan a diez grados aun... (será mi próxima encíclica). Hoy no acabaré a las 12:32, ya son y 36. El fin de semana suelo estar solo con Jim, cosa que hace que en más de una ocasión haya perdido la paciencia: que si voy al lavabo y él también, me hago la cena y el tío husmeando, que se sube a la mesa cada tres segundos, que hoy he encontrado un colgante que hacía cuatro días que perdí... por no hablar de otras cosas más importantes, como la noche que pasamos anteayer en el piso buscando el origen de nuestro estado de embriaguez, el gato merodeando por la zona y todo podía ser... Pero yo lo pinto como si fuera una novia -los que me conocen saben que mis comparaciones son una guadaña-, hay algunas cosas que permites: al principio te enfadas pero sólo son rencillas de amor, al igual que sus arañazos jugando, y la sangre, cual Monty Brogan en su Última Noche.
Jimmy me hizo llorar toda una noche y ver que era lo único con vida de mi puta habitación, es el contrapunto perfecto a los delirios humanos, y yo ya le trato como tal. Y puede que llegue un día en que bebamos algo juntos en esa barra de bar que siempre está por llegar, y brindar por la advenición de un nuevo miembro en la Alacena.
A quien quiera leer y escuchar.

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