jueves, 31 de diciembre de 2009
CLAUSURA 2009
OTRO AÑO EN IMÁGENES
Un año más, dejo aquí mi particular resumen de este año saliente a través de fotos, la mayor parte de las cuales están tomadas por mí y sin repetir las que ya adornaron escritos anteriores; vendrán acompañadas de una breve explicación a modo de recordatorio y espejo de un 2009 que me sería difícil de calificar, pero que ya se nos escapa de las manos sin remedio. Dos vídeos ponen la cirereta en el pastel igual que el mundialito de clubs para el Barça, en un año de leyenda para todos los culés e histórico en el mundo del fútbol.
ENERO
Enero ha sido un mes de salir por la noche, con una tajada tras otra. Tengo un millón de fotos de fiesta, y he escogido ésta porque salen mis dos amigos más antiguos y mejores, con mi cara intentando lo imposible. Cumplí 29 años entre copas de vino y lavadoras en la cama.
FEBRERO
Febrero ha seguido la misma tónica del mes anterior: mucha noche y no recuerdo mucho más, la verdad... así que te dejo otra foto de festival y prou.
En marzo fuimos a ver a mi amigo Balbo a Torredembarra, lugar mágico y que siempre nos transmite un vacío sentimental importante.
Junio es siempre el mes donde se vislumbran las vacaciones, y a finales ya estábamos en Calvi, Córcega. Descubrimos que sus ciudadanos también pelean por la partida de nacimiento de Colón...
JULIO
El mes que más adoro. Casi siempre indica vacaciones total, y aquí dejo un par de fotos que lo atestiguan: una de Corti, capital histórica del independentismo corso y patria de Pepe Botella, y la otra de Dubrovnik, una maravilla amurallada.
AGOSTO
Agosto suele ser un mes de mierda, porque indica el regreso al lavoro pese a que aún es verano, y créeme cuando te digo que ésta es la única foto que hice en todo el mes, en una noche de luna llena como ésta.
SEPTIEMBRE
Septiembre ya fue un poquito más agradable. Aún no te aprietan las obligaciones y el clima es suave y agradecido. He elegido la boda del Txema en este mes porque lo pasamos muy bien (con mi hermano mayor y sus amigos) y ha sido la primera boda a la que he aceptado ir casi sin dudarlo (no tengo por costumbre ir a bodas).
OCTUBRE
Octubre es el mes de reenganche con la realidad, y este año también ha sido el mes de mi nuevo piso manrusiano y una última escapada a Escocia, de la que te dejo el castillo de Robert The Bruce.
NOVIEMBRE
Noviembre es el puto mes que más odio. Significa la llegada del frío y obligaciones mil. Esta foto es del camino que he hecho tropecientas veces para ir a la puta EOI, cosa que creo que no haré muchas veces más a lo largo de mi vida.
DICIEMBRE
Frío y mucho trabajo, poca vida social vs. la lucha por no decaer ni enfermar. La foto es de una buena nevada del pasado 21, y es mi colegui Beppe el que deambula por el belvedere de Santa Clara. -------------------------------------------------------------------
En cuanto a vídeos, de todo lo que tengo -que es mucho-, me quedo con éste de la gasolinera en el coche del Ace, justo antes de salir hacia Toulon, desde dónde cogimos un barco para Córcega (en busca de Astérix y Napoleón).
Y para mí, el vídeo del año a nivel de lo que pasa en el mundo, es la agresión a Don Silvio. No sabría si reír o llorar...
Esta otra versión del suceso me parece la más divertida de todas.
No me atrevería a ponerle la etiqueta de "disco del año" a nadie, pero si tuviese que resaltar uno, éste sería el "Lungs" de Florence + The Machine, aunque la canción que subtitula a este escrito no es la que más me gusta.
Poco más que añadir.
Un año más, un año menos.
Felices fiestas y próspero 2010.
¿Algún nuevo propósito?
ABRIL
En abril me escapé un día a la capital del Reyno, un destino que tenía pendiente con una rosa que nunca enterré y un estadio que tenía que ver.
MAYO
De mayo no tengo ni una puta foto decente ni me pasó nada especial, así que homenajeo aquí al glorioso Barça de este año.
JUNIO
MARZO
jueves, 24 de diciembre de 2009
DESPUÉS DEL SILENCIO
Después del silencio ya no hay nada más;
fueron cien capítulos de arrítmias consumidas
las que impiden hoy un soñar al compás,
si el soñar relegara a un corazón hecho migas.
Después del silencio y tres gélidos inviernos
filtrándose entre dos pulmones devastados,
emergen colinas amargas tras lo ausente y
_cepos eternos
que ocultan viejos anhelos acarreados.
Después del silencio brota un estómago delicado
las que impiden hoy un soñar al compás,
si el soñar relegara a un corazón hecho migas.
Después del silencio y tres gélidos inviernos
filtrándose entre dos pulmones devastados,
emergen colinas amargas tras lo ausente y
_cepos eternos
que ocultan viejos anhelos acarreados.
Después del silencio brota un estómago delicado
que soporta mil lágrimas vertidas sin peso
_ni rencor,
como un ardid disfrazando al desliz derramado
de los ojos hacia la copa de un dolor sin pundonor.
Después del silencio ya no queda nada,
nada que la carga someta a trescientas palabras
_vacías,
tan vacías como una losa impía
y el paladar de un corazón estepario y su espada .
lunes, 14 de diciembre de 2009
SIN EL NÚMERO CINCO
Un tarde de hace tres años y estando yo en el Belpaese, recibí una noticia que hizo que entrara en estado de shock un buen rato: el número cinco había tenido un accidente de coche que le pudo costar la vida. Me llamaron tarde, dos semanas después del suceso, y mi amigo estaba ya perfectamente, recuperado del todo. No querían preocuparme. El bombero que le sacó del coche dijo que había tenido mucha suerte, que lo normal hubiera sido palmar allí mismo. Esa frase, tan jodidamente habitual en esos casos, hizo que pensara en qué sería de mi vida sin el número cinco...
Sin el número cinco no me podría imaginar veinte años de mi vida. Teniendo en cuenta que casi tengo treinta, esto es toda mi existencia consciente; todo lo hecho a lo largo de este tiempo lleva su sello y su compañía, y se explica por causas que nunca le fueron ajenas.
Sin el número cinco perdería esa referencia que siempre me ha acompañado, pues, y ese sostén mental (que no moral) y presencial que nunca ha dejado de hacerme crecer; he tenido la suerte de avanzar en paralelo con él durante todos estos años, viendo las mismas cosas, sintiendo los mismos miedos y disfrutando de cada instante vivido a su lado. Y créeme cuando te digo que eso, hoy en día, es difícil de mantener.
Sin el número cinco no sabría leer las situaciones que antaño se solucionaban con una mirada o, simplemente, saber lo que se piensa a la primera. Una conexión evolucionada semejante es garantía de un tipo de antídoto incontestable contra la soledad.
Sin el número cinco, las palabras flotarían en océanos de aire, esperando a que alguien las recogiera, deseosas de recalar en un mundo sin sufrimientos ni incertidumbres, lejos de la pesadumbre y la masificación de lo estúpido.
Creo que sin el número cinco no conocería el signifiado auténtico de la palabra "sonreir" y sus derivados: no podría cuantificar las veces que he llorado de risa total ante su registro, que abarca desde un Michael screameado hasta el de narrador de historias inverosímiles, y también ante el mero hecho de visualizar y vivir juntos la noche en sí, objetivo número uno siempre.
Esta noche he recordado aquél momento en la habitación de mi retiro italiano, aquella llamada que me informaba del accidente, y aunque sólo sea por egoísmo, he visto mi existencia a través de sus ojos. ¿Qué hubiese sido de mi vida sin el número cinco? Sólo hay otra persona que se ajusta a esa definición, y fue la que me llamó para advertirme de la noticia. La respuesta es simple: hubiera sido la mitad de lo que soy en esta vida o en la otra, y eso es innegociable porque significaría que hubiese tenido que lidiar contra fuerzas desconocidas con mi ejército diezmado.
Porque eres parte de mi, fratello. Para siempre.
Un año más, un año menos. Feliz cumpleaños.
Æ10
viernes, 11 de diciembre de 2009
AÚN ES PRONTO PARA MORIR
Aún es pronto para morir sin ser nombrado,
ser nombrado capitán de barco como un bellaco
que de polizonte halla mejor suerte,
mas capitán deviene abatido cual viejo astado.
Aún es pronto para morir de enfermedades,
de enfermedades disfrazadas de otros males
que traigan nueve bajeles desde los siete mares
y sonrían al disfraz de lo fugaz.
Aún es pronto para morir mas tarde sí para vivir,
para vivir tal como debiera un aprendiz
que de petimetre se embravuca y al amor no puede resistir;
aún es pronto para morir estando ya muerto y sin una cicatriz,
como este capitán sin tripulación y a la deriva desde el partir,
tan tardío en vida como prematuro aún para morir.
ser nombrado capitán de barco como un bellaco
que de polizonte halla mejor suerte,
mas capitán deviene abatido cual viejo astado.
Aún es pronto para morir de enfermedades,
de enfermedades disfrazadas de otros males
que traigan nueve bajeles desde los siete mares
y sonrían al disfraz de lo fugaz.
Aún es pronto para morir mas tarde sí para vivir,
para vivir tal como debiera un aprendiz
que de petimetre se embravuca y al amor no puede resistir;
aún es pronto para morir estando ya muerto y sin una cicatriz,
como este capitán sin tripulación y a la deriva desde el partir,
tan tardío en vida como prematuro aún para morir.
lunes, 7 de diciembre de 2009
EMOCIONES SIN LOCIONES
Qué asco. Me da rabia volver siempre derrotado de esa puta ciudad.
Me he quitado un peso de encima. Al hacerlo, ha disminuído la proporción de aire que me llega a los pulmones, cosa que me provoca más de un sofocón estos días. A veces pienso... ¿va a ser así eternamente? El diablo no suele repetirse y adquiere formas de lo más pintorescas cada vez, de eso no hay duda. Cuando garantizo mi cuenta corriente, vuelve el desasosiego. El reloj sigue corriendo y el sometimiento invernal intimida al encarnizado castillo de naipes, y eso no me gusta nada.
Se acercan las navidades. Perdón, rectifico: ya están aquí. Luces y decoración por doquier así lo atestiguan. ¿Qué cómo me siento ante estas fechas tan especiales? ¿Que qué espero de ellas? Si la mirada se diluye entre pozos de incertidumbre y minas de hielo, qué mejor que adoptar la postura del autómata. Observador sin derecho a ser observado, ciudadano sin potestad para votar.
Felices fiestas y próspero año nuevo.
Yo no sé si estaré por aquí.
No estoy aquí.
Podría no estar aquí, pensaba mientras volvía de la urbe y me perdía entre las humeantes chimeneas y las innumerables luces del cinturón industrial. El autobús quería estrellarse: recorría el camino a una inusitada velocidad, y yo casi deseaba que se estampase en aquella curva tan jodida, casi llegando a casa. ¿Hubiese cundido el pánico? ¿Seguiríamos tan despreocupados el uno por el otro? ¿Emergería algún héroe? Yo me muero antes del choque de un ataque al corazón, tan pendiente y tan incapaz también.
Podría no estar aquí, pensaba mientras volvía de la urbe y me perdía entre las humeantes chimeneas y las innumerables luces del cinturón industrial. El autobús quería estrellarse: recorría el camino a una inusitada velocidad, y yo casi deseaba que se estampase en aquella curva tan jodida, casi llegando a casa. ¿Hubiese cundido el pánico? ¿Seguiríamos tan despreocupados el uno por el otro? ¿Emergería algún héroe? Yo me muero antes del choque de un ataque al corazón, tan pendiente y tan incapaz también.
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