En una semana de enfermedades como esta, había pocas garancias respecto a la posibilidad de continuar indemne. Resultó que seguía alargando sus eternos males pero que, al mismo tiempo, aparecían otros de nuevos. Nuevas ideologías y tecnologías, nuevas prerrogativas.
No podía encontrar una concentración ligera que le permitiese disfrutarlo. Una capacidad que le alejara de absurdos pensieros y le centrase en esas sábanas jóvenes, luchas con el edredón y el olor a tabaco como perfume.
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