miércoles, 18 de abril de 2007

SOBRE UN OSCURO INTENTO TELEGRAFIADO

Eso si, consiguio meterle la duda en el cuerpo. Bueno, en su cuerpo. El Discipulo della Sperientia recondujo la situacion como tantas otras veces hasta donde quiso, solamente el ultimo acto se le escapo de las manos. Fue el que pudo decidir.
Cuando dejaron de intervenir dos y entro una tercera persona, con esa ambivalencia y stranna tesitura, le asaltaron esos pitidos en las orejas que constrignen y apretujan fuerte el cerebro: lo comunmente llamado "bloqueo". Se demostro que bailaba sobre una fina cuerda a diez mil metros del suelo, tambaleo lo que parecia claro. Pese a que no se fie practicamente de nadie y esté hecho de duro metal egocéntrico, el Dissepolo cayo en la trampa. Antes de que fuera demasiado tarde ya le estaba invitando a largarse. Habia perdido su escudo, mientras que su cuerpo era sintomatico. Sin sentir un carajo, hay un par o tres temores (que no tenores) que nadie puede controlar, y el Discipulo no era inmune a eso. Como no pudo fijar la mirada -la vio mas estrabica que nunca- al final volvio a pecar como pecador impenitente que es. No negando nada -hay verdades que da asco ver como caen por su puto peso- ha rehecho sus antiguas teorias con sus nuevas palabras aprendidas: quiere parecer autéentico cuando en realidad es un mequetrefe inseguro y un poco botarate, pero sabe que en el trato especifico es dificil que puedan cogerle. El que lo ha descubierto no ha hecho nada al respecto y puede vivir con eso, ya que el chico es arrebatador e irrenunciable, cosa que no deja de sorprenderle. Le van a dejar seguir trapicheando, maquinando, cosmogonizando y elaborando mientras él se ve agonizando...
Vas a venir? Un mensaje media hora después. El Discipulo ya no recuerda cuando fue la ultima vez que envio uno, asi que hoy se ira a dormir tan tranquilo (después de la hora y media de rigor dando vueltas), aunque no haya paz ni descanso para los que pueden predecir sin autoinmolarse.

1 comentario:

  1. Qué pasa tio, dónde andas? Te siento ausente, no sé por donde merodeas. Cuéntame, dime que aún respiras, que sigues por el buen camino, cuéntame algo que no sepa.
    Tus pelis están preparadas desde hace mil, pero no soy capaz de acercarme a correos. Ya sabes.

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