martes, 26 de diciembre de 2006
CLAUSURA
Dime que no es verdad.
Temo el final, el principio de la vejez, pronto volverán las noches a ser largas. Sin pelo y el que quede que sea blanco, odio tus tatuajes y tus orejones, ¿te dejarás esa perilla? Volvieron las veinteañeras deseosas de esucharme a mi regazo, acariciaré el viento que corte con mi espada sagrada, estableciendo un vínculo entre la chica, la ciudad y yo. Pero este amor se apaga y aún no se encendió. Empecé en la gran urbe sabiendo que a la mitad cambiaría, estando por estar y matando sin igual. Llegó el sol a la de 3 en mi vida, recorrí el mediterráneo de isla a isla y tiro porque me toca, vuelvo a tener miradas _y no de criminal precisamente. Sigo sin cuadrar mis cuentas y me pregunto quién pagará por mí la próxima sufrida. Abandoné a muchos antes de que me abandonaran a mí, rodeado de gente con lo que me cuesta eso y muchos no sabían ni mi nombre que hasta me suena raro, pero hablaban y hablarán aún más de mí.
Cada vez que apareces me pregunto qué demonios hago en esta vida, lamento que la ribera escape a mi corazón en la melodía que ahoga mi voz. Cuento contigo más allá de tí, pero no siempre será así. No encontré el camino que me alejara de la distorsión, pero anduve cerca. Reconozco que abrazaré a la soledad como a mi amiga más sincera, y no tendré mil delirios intentando dejar huella. Alacenos aparte, el resto del mundo puede olvidarme, ya que no se preocupó por mí. No soy una buena persona, me dejaron por imposible e hicieron bien. Estoy harto de rendir cuentas y de la falsedad latente de las palabras nunca dichas y dadas por supuestas, y el que aguante hasta esta línea deberá joderse y mojarse, porque yo no pienso hacerlo. Perdí la cuenta sobre las veces que hablé de lo mismo, pero tengo el mar detrás y esa familia como acicate engrilletador.
Con el frío no hubo tiempo para otra cosa, y eso que no hice nada.
Me despierto en un pequeño aeropuerto el 4 de octubre y pronto será el 31, digan lo que digan. Abro los ojos y el que apueste por mí tendrá su recompensa (puesto que aún tengo las llaves).
lunes, 25 de diciembre de 2006
007 CASINO ROYALE
Esto es una lanza en favor del nuevo Bond y la nueva entrega de la saga. Quien no la haya visto aun y tenga pensado hacerlo que deje de leer. Y el que no entienda que crecí con esto y se olvide del jodido espíritu crítico, que deje de leer también.
No puedo situarlo en el tiempo con exactitud, pero no hara más de un año que leí una entrevista a Pierce Brosnan, creo que por el estreno de The Matador, en el que el elegante agente con licencia para matar mostraba cierto resquemor con los propietarios de la franquicia, aprovechando ese papel tan celebrado y antibondiano. Si no recuerdo mal tenía otro film firmado, pero se lo rescindieron. Decidieron cambiar, darle un giro a "uno de los personajes que más resiste a morir del S. XX", según leí en algún lado. Y dieron con Daniel Craig, me pregunto cómo pero. Actor secundario de mil pelis, y al que ya se le intuía un porte y estatus superior al que había logrado, nadie le veía en el papel. Mi hermano Quim me comentó lo de los foros y la web que lo criticaron, tachándalo de blando o cenizo sobretodo cuando se rompió dos dientes nada más empezar el rodaje. La corriente pro-Clive Owen estaba ahí, y aunque recordaba que en Sin City no me gustó, sí que en Inside Man me impresionó, y no me costaba mucho imaginándole con el papel (sobretodo por los nombres que se barajaban). Pero los productores, al fin y al cabo, arriesgaron a su manera en una decisión que ha resultado ser del todo acertada. Craig, que no llega a los 40 años, no sólo no es blando si no que le da tal vuelta de tuerca a James Bond que, pese al tradicionalismo del director Martin Campbell, le otorga un fuerza y carisma nuevas dignas de cualquier otro anterior. En un sólo film, casi en un sólo fotograma, ha demostrado su valía y cerrado bocas de un plumazo, aunque mi amigo Spooky diga que es feo.
“A los que me critican les diría que primero fuesen a ver el film”, ya te digo. Al nuevo Bond le acaban de ascender al status 00 y es un pardillo liante máximo. Es todo músculos, y con la canción de Chris Cornell (Soundgarden, Audioslave) la saga también asume una masculinidad clara que no implica un paso atrás en los derechos civiles, como podría pensarse. El personaje de Eva Green está a la altura, la “soñadora” crea una mujer increíble, fuerte y alejada también de un montón de estereotipos en un “téte a téte” con Daniel Craig de lo más apetecible. Y claro, ella es... ella... elegante, curvas mil, ojos que hacen que uno se pregunte en qué demonios estará pensando... ¡¡Eva!!
Este Bond se pega un piñaco con su flamante Aston Martin (Quim no acaba de digerirlo), apenas utiliza gadgets o artilugios y en su primera misión lía un escándalo diplomático del copón, le filman las cámaras de seguridad y se queda tan pancho diciendo que “la próxima vez dispararé a las cámaras”, mientras “M” no sabe por donde cogerle. Está descontrolado y le pasa de todo. Le envenenan, y cuando intenta fibrilarse se olvida de enchufar el cable... Pierde toda la pasta al póker y se queda en la mesa como un tonto intentando descubrir cómo ha podido pasarle. Y lo mejor: la mítica frase, la de la bebida espirituosa. En un momento que Bond vuelve a la partida, va directamente a la barra y pide al camarero. Éste le pregunta qué cómo lo quiere, si mezclado o agitado. Bond responde: “¿tengo cara de que me importe?” Toma ya. Así se reafirma uno. La otra frase mítica, la de su nombre, ¡no la dice hasta el final! ¡Es la última frase del film! Cierto es, como dice el crítico de fotogramas, que se le sirven las mejores líneas de diálogo en mucho tiempo. Aquí el crack responsable es Paul Haggis, director y guionista de Crash y colaborador de Clint Eastwood. Está claro que los propietarios han acertado de lleno con este cambio que se pedía a gritos, pero si no fuera Bond con toda su mitología para luego arráncarsela, la peli no tendría razón de ser y sólo sería un buen producto de acción, sin más. Pero el ideario popular bondiano está ahí, miren a mi hermano Quim que ya la ha visto 3 veces... ”La mejor peli de acción del año”, “al nivel de Heat, La Roca y demás de Michael y Jerry”. Nunca lo había visto así (coincide con el bullicio universitario que le posee), y a pesar de mis iniciales reticencias y de toda la oreja que me había comido, disfruté mucho y salí encantado, pese al cansancio también de la semana con The Gepetto Brothers, y nada más salir ya me fui a una barra a pedir un martini con vodka, aunque tuviera que explicarle a la pava cómo lo quería...
domingo, 10 de diciembre de 2006
DÉJÀ VU (VIVA LA GUERRA, Vol. 2)
¿Porqué no ondean nuestras sábanas tan bien manchadas?
Ya en el frío manrusiano y con muy poco margen para nada, es muy fácil visualizarlo. No puedo ser así. ¿Qué pasa? Era ella corriendo hacia mí... ¿qué pasa? 2 semanas claras, no la líes, y allí me quedé. Aturdido, abismado... con un cigarrillo en la siniestra y la sensación de haberlo vivido ya. No preguntaré si es real o qué lo es, pero olisqueaba el cambio, vasos y cucharas por cuchillos y machetes. Así todo el mundo sale ganando. Ya es media noche, domingo, y ella sigue aquí, dormida. Lejos de todo, incluso de la tristeza. Congelado, exprimí mis últimas cartas antes de volver, y este fin de semana quería asegurarme y quemé todas las naves. Ahora estoy completamente tranquilo, pero antes me preguntaron que porqué lo hacía. "Soy un notas". Llegaré a extremos para poder resetearlo todo, y vuelvo a equivocarme. Cuando no hay claridad he forzado para ver hasta dónde podéis llegar. No sirve para nada, en realidad todo sigue su curso menos tú, aburrido y denostado extranjero. Me he mareado, he perdido esa la mayor de las nociones. Necesitaba aire y eché tierra de por medio para ver quién dejaba huellas al pasar por ese sendero y quién lo bordeaba. No me apena este horizonte solitario. Todo el mundo se viste y deja los zapatos para el final. Repito, todo el mundo. Cuando me siento mal pienso en la imagen que tienes de mí. No quiero saber qué dices cuando averiguas quién soy. ¿Cuanta veces sientes el abismo?
Me despierto mirando mis Diadora con una sonrisa y sale el sol por mi balcón, el mismo que me quiere suicidar.
No hay nada más. ¿Cuál es el límite de aguante de un ser humano?
Dále la bienvenida a cualquier cambio y deja de lamentarte, no entiendo porque alguien no lo haría.
El tiempo avanza a golpes en la pared, y sale el sol en esa misma pared, Jake. Ha llegado la hora.
Anoche soñé que hablaba por el hueco de tu escalera.
Ya en el frío manrusiano y con muy poco margen para nada, es muy fácil visualizarlo. No puedo ser así. ¿Qué pasa? Era ella corriendo hacia mí... ¿qué pasa? 2 semanas claras, no la líes, y allí me quedé. Aturdido, abismado... con un cigarrillo en la siniestra y la sensación de haberlo vivido ya. No preguntaré si es real o qué lo es, pero olisqueaba el cambio, vasos y cucharas por cuchillos y machetes. Así todo el mundo sale ganando. Ya es media noche, domingo, y ella sigue aquí, dormida. Lejos de todo, incluso de la tristeza. Congelado, exprimí mis últimas cartas antes de volver, y este fin de semana quería asegurarme y quemé todas las naves. Ahora estoy completamente tranquilo, pero antes me preguntaron que porqué lo hacía. "Soy un notas". Llegaré a extremos para poder resetearlo todo, y vuelvo a equivocarme. Cuando no hay claridad he forzado para ver hasta dónde podéis llegar. No sirve para nada, en realidad todo sigue su curso menos tú, aburrido y denostado extranjero. Me he mareado, he perdido esa la mayor de las nociones. Necesitaba aire y eché tierra de por medio para ver quién dejaba huellas al pasar por ese sendero y quién lo bordeaba. No me apena este horizonte solitario. Todo el mundo se viste y deja los zapatos para el final. Repito, todo el mundo. Cuando me siento mal pienso en la imagen que tienes de mí. No quiero saber qué dices cuando averiguas quién soy. ¿Cuanta veces sientes el abismo?
Me despierto mirando mis Diadora con una sonrisa y sale el sol por mi balcón, el mismo que me quiere suicidar.
No hay nada más. ¿Cuál es el límite de aguante de un ser humano?
Dále la bienvenida a cualquier cambio y deja de lamentarte, no entiendo porque alguien no lo haría.
El tiempo avanza a golpes en la pared, y sale el sol en esa misma pared, Jake. Ha llegado la hora.
Anoche soñé que hablaba por el hueco de tu escalera.
lunes, 4 de diciembre de 2006
sábado, 2 de diciembre de 2006
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