Escapatoria |
Al cumplir los cuarenta me di cuenta de que no podía seguir haciendo lo que hacía, y eso que tenía libertad 〰dentro de ciertas posibilidades. Me di cuenta de que no podía seguir siendo dirigido por algunos tipos de personas que me hacían sentir ridículo, sucio y marginal, como si viviera en la periferia de unas convenciones, sobre todo sociales, que no era capaz de comprender.
Escribo esto con muchísima cautela, y tampoco es que los cuarenta fueran una frontera con una luz roja activada de repente, ahora que me releo. Pero supongo que el cumplir años en plenitud, sin grandes contratiempos, hace que te replantees tantas cosas como espinas pude clavarme. Es seguro que tuve que hacerlo de otra manera, pero entonces no supe cómo. Y estoy pagando las consecuencias de mis excesos en forma de servidumbre. Esa es mi penitencia por tonto-listo: servir a mi señor.
La Muntanya de Sorra clama libertad |
Temen por dónde cogerme, y les entiendo porque ni yo mismo sé exactamente hacia dónde voy, como si el movimiento fuera una necesidad a perpetuar, con la inseguridad y precariedad que eso conlleva 〰sobre todo a mi edad, si es que hay edad para dejar de moverse. Tengo responsabilidades, pensamientos y debilidades que transpiran a cuentagotas para no alertar más de lo necesario a la población local.
He sido un gran sedentario estúpido, y todo por pasarme la vida al albur de mis pensamientos, que planean y disfrutan como un ave rapaz en racha de vientos peligrosos para el tupé.
Estas en el paro ya??
ResponderEliminarNo, pero quizás debería.
Eliminar