lunes, 31 de julio de 2017

¿ENTONCES?

Y entonces -dijo la muy puta-, ¿qué coño te has creído?
La situación era ya muy tensa cuando apareció un gorila de dos por dos directo hacia mi. Sin apenas tiempo de reacción, braceé entre el gentío intentando no caer al suelo; por suerte, el tipo no tuvo tiempo de llegar hasta mi y acabó engullido por la masa. Salí corriendo de la mano de aquella zorra mientras detrás se iba formando un corrillo de hombres vestidos de negro que se reorganizaban para darme caza. Sentía la adrenalina fluir por mi cuerpo y el corazón golpearme la puta sien.
-¿Pero qué coño haces? ¡Suéltame!
Encontré refugio en un callejón oscuro y la chica, extenuada, se calmó. Yo no paraba de dar vueltas, nervioso, aquello no había acabado. Levanté la vista y me topé con un letrero luminoso y una enorme cruz roja. Vamos, le dije a la ingrata. Un orondo vigilante de seguridad salió a mi encuentro y, en el estado de agitación en el que me encontraba, le asesté un puñetazo con todas mis fuerzas: se desplomó en el acto como un saco de patatas. Entramos en el hospital y, entonces, con aquella enorme panza arrodillada, con lo abatido que estaba... con la zorra de los cojones... pero a ver, y... ¿¿...entonces...??

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