lunes, 11 de junio de 2007
BUGIARDO
Sabe que está en casa porque apenas hace viento y le cuesta respirar. Las calles huelen mal -no como en Venecia-, con la piel de los alacenos multitud que también había olvidado. Sabe que hay mucha gente que la ha dejado por imposible y no puede dejar de encriptar una y otra vez:
-¿Qué esperábais? Hoy es mi primera noche sin dormir en mucho tiempo y mañana a primera hora tengo que ir al paro.
Ya es verano. Le sobran los días aquí y no puede sacarles provecho, le quema el asfalto en sus Diadora que amenazan con derretirse. Sigue jugando a ese juego tan peligroso que en cualquier momento le va a estallar en las putas manos, pero se siente fuerte. Antaño débil, no muestra ningún reparo para seguir maquinando, granjeándose el odio de los profanos allá por donde fuere.
"No es por vendetta", solía decirse, es puto egoísmo y una oportunidad perfecta para seguir calibrando sus posibilidades. Carece de un sentido lineal en la vida y es incapaz de sentir, ahora sí. Sabe que emplea mal su poder, pero ya no le importa, tal es su sufrimiento, joder.
Lo único que le atormenta es pasar de moda, quedar obsoleto, ser marginado por la Historia. Eso, para alguien que se cree único e irrepetible (y que está aquí por un bien mayor), es una jodienda. Reclama constantemente su trono, y hoy salió a pasear:
Narciso, contrariado
- Discúlpame, no te había visto.
- Tranquilo, yo tampoco te había percibido.
Narciso, con cara de sorpresa ya
- ¿Percibido?
- Ni siquiera 'tas coscao'.
Narciso, acrecentando su sorpresa
- ¿Cómo?
-¿Por qué te disculpaste al rozarme?
- ¿Qué?
- Me encantaste en Pulp Fiction, Brett. ¿Lees la Biblia?
Narciso, ruborizado, se queda blanco y sin habla
- Nada. Te he manchado la camisa sin querer al pasar, dice señalando el helado que sostiene su mano izquierda
Narciso, balbuceando, en un mal trago
-N-o- i - m p - o-- r - --t-- a-, yo...
- Nos vemos. Ponla en remojo pronto que si no se jode.
No tenía que haberse parado, él lo sabía, el puto Brett debería haberlo sabido.
Vio un par de viejos conocidos y se sintió súbitamente mal, pero no podía dar marcha atrás. Estaba/n realmente mal, para el arrastre, y se vió en un futuro 35 años y una ambientación como la de 'El Quinto Elemento'.
Por cosas como esas es por las que nadie le aguanta ya. Y se va tan pancho...
¿Quedan pocos rincones ya para esa gente, verdad?
Ya no se topó con nadie más en todo el día, tenía que estudiar. Logró concentrarse y tuvo un hijo. Lo llamó Vincenzo, y solía sacarlo a pasear los martes, los jueves y los domingos.
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