viernes, 15 de agosto de 2014

FERRAGOSTO DEL ZENETE

HISTORIAS DEL MARQUESADO DESDE AL-DAR, ('LA CASA')
A casi mil trescientos metros de altura, en la cara norte de Sierra Nevada, se halla un valle rico en hierro y pizarra, verde por sus castaños de anchos troncos y árboles caducifolios que aguantan los áridos veranos sin llegar al paisaje lunar del spaghetti western de Tabernas, en Almería.
Los almendros rechinan alegres a nuestro paso, digo al insuflar aire ardiente, abrasado: no es mal lugar para una fortaleza y su muralla, con su foso para los cocodrilos y los despistados, por no hablar del aceite hirviendo.
- Hay un monte más alto y mejor ubicado justo al lado, no sé por qué no lo hicieron ahí.
- Era un regalo para su amada, no creo que Don Rodrigo pensara en geoestrategia después de la Reconquista.
- Y, entonces, ¿cómo es que lo construyó en apenas tres años, de 1509 a 1512?
- Se ve que hizo traer a ingenieros renacentistas italianos y todo. Creo que los moros se resistían a irse o a convertirse todavía.
Mi imaginación vuela por entre los olivos de la carretera que debieron recorrer aquellos hombres del medievo en jornadas extenuantes bajo el sofocante cielo andalusí. El hombre que cuida la fortaleza nació en ella, por lo que su testimonio resulta providencial. Viene los miércoles y hace visitas en grupos reducidos. La entrada es 'a voluntad'; una vez dentro, suelta la historia como un chascarrillo con espacio para alguna broma sobre prisioneros y mazmorras que hoy merecerían algunos. Menudo era don Rodrigo, 'más rico que el mismísimo rey'. Al salir, el anciano observa la billetera con el semblante de Gollum y su obsesión y le damos un billete rojo que no creo que quede registrado ahora que Pujol tal y pensamos, joder, ¡este viejo se saca una pasta semanal que no veas!
En la falda de la cordillera penibética, majestuoso como el señorío entero, desde lo alto, La Calahorra guarda un secreto que da eternidad y alas a la familia; a las puertas de tanta belleza, Aldeire es un pequeño reducto reconocido por su hospitalidad y las cruces rocieras que adornan sus casas de anchos muros recubiertos de cal.
Después de ojear el mármol de Carrara y lo sublime de robarle tiempo al sol, tras la siesta de rigor, no es difícil perder la noción del mismo escapando a su percepción negativa, relajando esfínteres y espíritus al son del baile agotador de nuestro pequeño retoño, imitador nato y bailaor de pura raza.
El astro rey, que se apresura a esconder como si ya hubiera hecho demasiado, todavía pica, sofoca: son más de las ocho y media y no hemos ido a ver al santo, como lo llaman aquí. El primo de Laura hizo la subida en 11 minutos ¡con su prometida a cuestas!, si bien yo tengo dudas sobre lo exagerado de esa historia de juventud; lo escribo con el máximo respeto por Dominguito, ese es su nombre, el hijo del tío de Laura, Domingo, un hombre de los de antes con su mostacho y su sombrero y su voz inquebrantable emanando autoridad por doquier.
Mi suegro y yo nos desperezamos y nos calzamos las botas yo, por dejadez, él sus buenas S. de travesía. Llevo muchos días sin hacer deporte y al principio respiro con mucha dificultad, como un cerdo vietnamita. Antes de llegar a la cima, al Castillo de la Caba, acelero motivado por las paredes de barro y fango supervivientes al acero cristiano y me sorprendo sobre manera al ver lo que parecen almacenes de algún tipo y luego me dicen que eran ¿estancias? de un complejo enorme que no concuerda con el suelo que estoy pisando.
Me acaba importando una mierda, nunca fui bueno en arqueología. Me siento radiante y justo vemos como el sol se escabulle por entre los cerros de la nevada y el Cristo -no el santo-, maltratado pese a la orografía, nos ampara y parece incidir en lo bello del lugar y, mi respiro, a casi mil trescientos metros de altura, se convierte en gozo y alegría por estos maravillosos días mientras desciendo -intentando no caerme ni tropezar con ningún matulo- en busca de una buena pieza de la abundante pizarra del lugar (pensando en qué parte de la nueva casa acabará).

miércoles, 6 de agosto de 2014

CONVERSACIÓN ESTÚPIDA CON MI (PUDIENTE) FLORISTA

Mi hermano Q. me había escrito y justo le contesto llamándole al entrar en la floristería a comprar una rosa; voy de cara a la idea, no quiero entretenerme. Son las seis de la tarde y he de recoger a mi hijo y en la tienda no hay nadie. La florista barre distraída mientras espera que yo acabe la conversación telefónica que intento cortar rápido, por el embarazo que me provoca el haber irrumpido así y una prisa que debe reflejar mi barbuda faz:
- ¿Y lo de Paul George, qué? Ah y por cierto, antes de que digas nada, Noé es un truño.
Me excuso y le emplazo a più tardi (a más tarde) ojeando la grandilocuencia chic del amplio local:
- Hola, perdoni el telèfon, voldria una rosa.
- Tranquil, ja he vist que feies i mentrestant jo també anava fent. De quin color? Avui en tinc de grogues, blanques y vermelles, de tots colors.
-No, no, vermella (como si me ofendiera ofreciéndome algo poco tradicional).
- Molt bé. ¿Te l'arreglo una mica?
Respondo afirmativamente al proceso que encarecerá la rosa hasta los seis euros: esto es, aderezarla con un poco de bambú y alguna hoja de algo que parece plástico a modo de cuerda tipo pergamino. 
Para ser falsamente amable, la florista y propietaria adinerada del negocio, aprovecha que no encuentra las tijeras para proseguir la aparentemente inocente cháchara sin dilación (aunque de reojo):
-La llei de Murphy. Necessites unes tisores i no apareixen, déu n'hi do (dejando escapar una carcajada).
Me acuerdo de Edward Norton cuando aún hacia cine decente en The 25th Hour (La Última Noche) y su Doyle, tiene gracia.
- La llei de Murphy no diu això. La llei de Murphy diu que si alguna cosa pot passar, passarà, digo con mi mejor catalán y sin pensar en lo negativo.
- Ah també, també, responde nerviosa, n'hi han moltes de lleis de Murphy eh, la torrada sempre cau pel costat de la mantega! 'Quan hi ha gàbia no hi ha ocell', com diem en català (excluyéndome y quitándole hierro).
- És una qüestió de possibilitats, resignado.
La tendera nota mi sofoco y cierta sensibilidad que no me molesto en esconder y decide cambiar de tema:
-Has fet vacances ja?
Es lo que tiene vivir en un pueblo.
- Algo, sí, encara ens queda una setmana per anar cap al sud (me enseñaron que, revelando parte de tus planes personales, creas un vínculo -aunque efímero, porque nunca se recuerda- que otorga tranquilidad al contertulio de turno y relaja el resto de la charla).
- Ah, molt bé, les vacances van molt bé per recarregar piles, són necessàries.
- I vostè, n'ha de fer encara? (Estoy a punto de tutearla).
- Nosaltres ja vàrem fer una setmaneta i ara a l'agost no tanco, a l'octubre. Això sí, tanco els dissabtes a la tarda, i vulguis que no dóna la sensació de que allargues el cap de semana i que tens un dia de més, va molt bé.
Me enciendo.
- Ja, però no és el mateix que el meu cas, per exemple, que sóc un treballador assalariat i que depenc d'un altre o d'un tercer, vosaltres segur que disfruteu un negoci vostre com aquest que segur que el teniu perquè és un món que us agrada i ho disfruteu i no aneu enfadats ni amb mala cara a treballar cada matí [...], como no dejándole otra opción.
Sin réplica y con el rostro oscurecido y recio se olvida del tubito con agua que tiene que servir de soporte airoso a mi rosa roja hasta que llegue a casa y, ahora sí, responde distraída en sus pensamientos de privilegio inducidos por mi lenguaraz soliloquio con un és veritat, que m'ho has dit, me n'havia oblidat.
Pago los putos seis euros con un billete de diez que ni se molesta en recoger de la mesa incluso después de la vuelta, dejando en evidencia su pudiente estatus -reafirmando su posición-, ya despidiéndose.
Salgo por la puerta con el teléfono en la mano buscando la 'q' en la agenda, no sin antes mirar atrás y dejar escapar una sonrisa maliciosa al pensar en el título de lo que será este escrito, CONVERSACIÓN ESTÚPIDA CON MI (PUDIENTE Y ESTÚPIDA, que me ahorro) FLORISTA, y me digo: perfecto. ¿Qué quiero destacar? Las diferencias de clase, el bilingüismo en la Catalunya del auge del proceso sobiranista actual, las convenciones sociales, el abismo generacional. No creo. 
Comunque (de todas formas) me llega para un post de sobras.
Agosto ya.
Hay que joderse.**

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