Hoy he seguido sin nadie más que conmigo
al abrigo de cualquier mediador externo.
(en el cielo, la luna llena brilla y llama como un queso cheddar y alguna nube cerquita tipo Batman)
Me he perdido no muy lejos,
aquí dentro_ señalando el tercer ojo,
reflejado entre sucios espejos.
Si los días pasaran podría llegar a ser eterno
pero todo es más grave de lo que parece si no existe, si es que existe
en esta triste soledad encadenada a un mísero teléfono.
No puedo salir, ni siquiera veo la comprada luz de los éforos;
Negra aspiración del Yo que aspiraba a un trato tierno.
No es lo que parece No es lo que parece Nada es lo que parece y menos aquéllo que trajiste.
Toreo los mareos con la poca fuerza mental que me queda,
me digo: no te está pasando a tí, no vaya a desmayarse, duerma, ¡no ceda!
No escucho, estoy bloqueado_ sólo soy Yo y nadie más Yo conmigo y sin mi si me levanto, amarrado, desesperado, alunado.
La vena hinchada de mi frente ataca al ritmo de mi corazón de lado a lado
y de ahí hacia el costado
ladeado;
Coloco las manos entre mi pecho y el estómago para contastar un hecho;
son mis incapacidades que explotan mi ansiedad de Peter Pan,
y eso significa que, bajo desgarro, el diablo interior volvió al tran-tran.
Hoy, a estas horas de la noche, sigo sin nadie más que conmigo.
(a no ser que tenga una enfermedad secreta)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No seas indiferente.