martes, 28 de agosto de 2007

TAEDIUM VITAE

No alcanzaba a saber porque le costaba tanto salir de aquél estado lamentable en el que se encontraba.
Se sentía completamente bloccato, en ese dolce far niente del agosto manresano.
- ¿Cómo pasan los días tan rápido?
- A ver. Vuelves de casi un año fuera, a la casa de tu madre. Aún te queda otro mes del dinero que no te da para volver a salir. Has tenido la mala suerte de encontrarte con un clima de mierda, cosa que ha hecho que pierdas tu bronceado y te veas amarillo ya. Y además te toca volver a empezar en un lugar que siempre detestaste y del que nunca llegaste a formar parte. Es normal que te sientas un poco raro...
- Joder, será porqué no hago nada y veo los días pasar...
- Es lo de siempre tío, olvida esa mierda. Recuerda que volviste para esto. Así debía ser, ¿lo recuerdas? En cuanto empieces a currar todo irá rodado, tranquilo.
Había vuelto la inseguridad. Tenía las maletas a reventar, así que se preguntaba por dónde se le había colado la muy hija de puta. Lo achacaba a la soledad y al reingreso en un sistema completamente establecido que siempre parecía abrirle un hueco cada vez que volvía, pero que en realidad le era totalmente ajeno, como decía su amigo. Él, en ese espacio, no se sentía bien. Cerró todas las puertas y cometió el error de su vida: ahora ya no podía hacer nada, aunque nunca hizo mucho al respecto. Volvió a ganarse nuevas antipatías, el muy cabrón. Tocaba ser consecuente con los actos realizados, sin marcha atrás:
- Sin embargo no estoy muy seguro. ¿Cuando sabes si una decisión es acertada o no?
- Cuando dejas de pensar en ella como tal. No, no, cuando las personas a las que afectaba tales hechos te dejan en paz.
- Joder tío, ¿así de simple y crudo?
- Pregúntame otra cosa.
Una nube de nostalgia planeó sobre su cabeza.
"Tengo un gran agujero dentro mía en el que entra de todo menos lo que debería".
El día que volvió a la gran ciudad se mareó sin remedio. Pasó las horas angustiado por una secreta enfermedad, pensaba, "me falta hierro". Recordaba toda la gente que no paraba de recriminarle su extrema delgadez.
- Si vuelves a largarte te volverá a pasar. Baja la cabeza y ponte a leer, no seas pesado. Antes ni siquiera sabías que íbas a hacer con tu vida, ahora almenos tienes un ligera idea. Sigue ese plan, que no es malo.
Cuando consiguió y tuvo sólo pensaba en lo que dejaba atrás. Era incapaz de borrar las huellas de un pasado que no le hizo feliz pero que nunca le abandonó del todo. Era una constante en su vida. Por sus delirios de grandeza se decía a sí mismo que era la contradictoria naturaleza humana, reflejada en él con todo su esplendor. Y eso le acarreaba problemas. Sobre todo en el día a día y en el trato con la gente.
Era luna llena. Todo volvía a removerse. Deseaba una buena noticia, un punto en el que empezar, algo a lo que agarrarse con fuerza y que le permitiera arrancar. Quería dejar de darle vueltas, había visitado esos lugares tantas veces... y ya no le quedaba gasolina. Se encendió un pitillo y subió el volumen de la televisión. Había empezado la Liga y notó la conocida opresión en su pecho como un hachazo feroz. Se le había adelantado la luz roja del tiempo, una vez más. No permitió que llegara el sudor frío y se sorprendió al tocarse la frente y encontrarla seca y a una temperatura normal. Algo había cambiado, después de casi un mes. Siempre hay algo que cambia, aunque sea una minucia imperceptible a ojos de profanos. Tú lo sabes bien.
Es lo que te permite avanzar y puede adoptar formas diversas.

jueves, 26 de julio de 2007

PASEOS Y CLOACAS SPQR

Manresa, lunedì 27 de agosto de 2007, 16.01."Los amantes no pueden encontrar nada que decirse uno a otro que no se haya dicho y callado mil veces. Los besos se inventaron para traducir en heridas estas nadas", según Durrell.
9.47 del 19 de julio. Bajo un calor sofocante y una noche de insomnio cruzando el mediterráneo, Civitavecchia se aparecía como una primera visión soñada. Hasta cierto punto se esperaba desembarcar ante el emperador filósofo, un repique de campanas y bellos pétalos de flores rojizas caídas con la brisa más dulce. Había dos palabras dentro de sus rebosantes maletas que hacían aumentar el peso un poco más: ansia y temor. Tenía que librarse del lastre inseguro de no conocer a sus mecenas para disfrutar de esta oportunidad única.
15.58. Piazza dei Quiriti. El cansancio que destilaban sus primeras horas romanas no le permitieron impresionarse en demasía. A pesar de eso y aprovechando la disyuntiva apareció por el Vaticano, el estado más pequeño soberano del mundo y uno de los más poderosos. Allí recogía a su amada desterrada y entre turistas y fanáticos mil, se plantó ante San Pedro. Pensó en preguntarle un par de cosas ("quo vadis?"), echarle algo en cara por toda la sangre vertida, pero no tardó en verlo más bien estúpido y ajeno al primer Papa. Imposible encontrar su espiritualidad en un lugar así, un circo de tres pistas con un decorado de primera, francamente espectacular. Esta impactante escena le ayudó a alejarse de la ciudad; había decidido volver a aquellos paisajes toscanos que tanto amaba. Un viaje entendido como reposo tranquilo -antídoto a cualquier descontento y a posteriores devenires- que le llevó por nuevas tierras áridas y grandes extensiones con sus pueblos en las colinas. Hasta Pinzio, ciudad ideal, un pensamiento para Paolo Borsellino (se cumplían 15 años del asesinato del juez) y buscando, saboreando poco a poco todos los rincones de Siena para abajo, caminando sorbo a sorbo aquél vino sfuso de Gallina...
17.14 del 20 de julio. 38 grados marcaba el coche, que comienza a advertirnos:
con cara de "está pasando algo nada bueno"
- Vedi questa luce rossa? sabiendo lo que se palpa en el ambiente
- Non c'è problema. È tecnologia tedesca, vero?
- Si per questo. Questa macchina è fatta per il freddo, non per questo clima...
Abrasador. Le parecía razonable. El temor estaba ahí, pero no tenía nada más que hacer, así que lo vería, en caso de desastre, como un recuerdo más dispuesto a analizar, una prueba más. En ese sentido no podía controlar todo lo que era ajeno a él, así que ya lamentaba el equipo que había formado, aunque en cierto modo fue su culpa y respondía a sus malas artes. Habría de lidiar con eso en fechas venideras y durante todo su periplo mochilero, atento a no infectarse con el virus que amenazaba con echarlo todo a perder, incluso a él mismo.

CETERA DESUNT

lunes, 23 de julio de 2007

OJOS DE CARTON Y DE CERVEZA

miS suegnos son envIdias y cElos reservados
en un Mundo oscuro y de un tiemPo agotado;
si paseo no me encuentRo y arranco a volar
cual gaviota dEsplazada que no encuentra su lugar.

alguien dijo: "es la cHica, nO el afan
viviste en la penumbra pero ahora tus ojos brillaran".
Yo me sonrio, sera la cerveza, quien fue el cabron
que puso las normas y las vendo con carton.

es sedenTariO el arraigo a la naDA
aun es mas dificil llenar la maleta después de esta siesta
-olVIdAla, no la arrastres, que no deja de ser molesta.
no hay
200 PASOS POR

quien descubra mi gran mascarada...

viernes, 6 de julio de 2007

HUECOS PERMEABLES

QUE ABREN NUEVOS INTERROGANTES QUE ME LIARON
Otra vez una fecha para abarcar todo un legajo de sentimientos que han formado mi vida actual. Todo en un dia, sin piedad ni filtros. En circunstancias asi, al final de ese dia, solo me quedaba derrumbarme y morir tranquilo, una noche de verano mas en mi balcon:
como si no fuera a verme mas y la maxima sinceridad emotiva lacrimal que deriva de ello
-Grazie per tutto.
Exhausto, no hay espacio para medir las consecuencias de los actos y ritos que merodeaste, sientes el tipico nudo en la garganta y emerge toda la mucosidad. Y lloras... piensas que no recuerdas la ultima vez que la memoria individual te traiciono, o apenas logras alcanzar una fecha vacua, una de esas, como esta, que lo cambia todo. Es un riesgo, pero no hay nada mas alla, solo el vacio tempestuoso della Piazza Repubblica; quise llorar mas, pero la vergogna del lugar publico (resulta que el Palacio de Giustizia, ni mas ni menos), pesa lo suyo, tanto que sumado al nudo me encuentro este impedimento de soltarme al cien por cien. Sentado escondido entre dos coches paso un intervalo de tiempo muerto que no podria precisar. Estaba fuera de mi, a merced de cualquier arbitriaridad callejera o mamonada. Podrian haberme violado, pinchado, atracado, meado encima y mas cosas acabadas en "-ado", que no me hubiera percatado.
Pocas veces me ocurrio algo asi, pero tenia bien presente a qué tipo de situacion me estaba enfrentando, asi que saqué mi camara para inmortalizar el momento, mi cara hinchada y totalmente distorsionada (pudieron verla estos dias colgada aqui mismo). Ni en esas me tomo en serio, tengo demasiada conciencia de mi mismo...
como el que le habla a alguien apenado que acaba de perder a un ser querido
-Quieres llevarte la bici?
balbuceando, desarmado y sin escudo, con un leve destello que cruza mi mente que me dice que solo vivo a nueve minutos de aqui
-No, me iré... Dando. Un paseo.
Nunca a una palabra le costo tanto salir. Con mis lupatrix como unico vestido, empezo mi nueva soledad.
Qué hacer con esto sin entrometer mis planes iniciales?
Lastre o bendicion?
Qué porqué no puedo distinguir entre esos dos términos y donde me deja eso...

miércoles, 20 de junio de 2007

AMPLIACION DEL CAMPO DE BATALLA

ALARGANDO LA AGONIA
Ese dia se levanto a las 7, era lunes. Empezaba una nueva semana e iba a poner todo de su parte para que salieran bien las cosas. Pero eso, a veces, no es suficiente.
Normalmente no esta seguro de qué mecanismos deciden hacerle ir a la ducha o a la cocina a prepararse un café recién despertado, pero ese dia fue directo al bagno. Queria acortar los tiempos de reaccion y boicotear todo lo que pudiese escapar a su control, ya que la guerra consigo mismo la tenia ganada esa mattina. Tenia cosas que hacer.
Le esperaba un sol radiante mientras se incorporaba al tercer momento de la jornada, con ese delicioso aparato que "modula" la leche para adecuarla al capuccino casero. No habia dormido mucho, nada mas salir a la calle se percato y se preparo para sufrir las consecuencias: su primera gran sudada del verano. En esa ciudad de interminables subidas y bajadas, ese dia llego a la facultad entre gotas deslizandose por la espalda y los dedos de sus pies bailando por entre las sandalias. Se sorprendio un poco al verse sonreir, mientras sus pensamientos le llevaban al flujo constante del sagrado agujero de aquella muchacha. No recordaba su nombre y ya ni siquiera se preocupaba por la eficacia de su desodorante roll-on. Tenia cosas que hacer.
Al subir al despacho se encontro de cara con el higado succionador gigante que le atemorizaba da piccolo, y empezo a maldecir subitamente la primera eleccion consciente, el jodido sol abrasador y el puto capuccino de los cojones. La ausencia de aire, de horas de sogno y ese dolor aprisionador que le apretujaba el pecho pusieron a prueba su resistencia. Después de todo no iban a ponérselo facil, pero se sentia con derecho a patalear un poco puesto que él, esta vez, no habia fallado. También sabia que la vida podria reclamar su parte del botin en cualquier momento, asi que se centro en preguntarse si aquella imagen era la de un feto o qué diablos era, puesto que nunca lo supo del cierto. El cable que salia del mega-higado era azul y decoraba la posible rabadilla en vez del probable ombligo, pero le daba esa sensacion tétrica de vida. Se movia de un modo stranno, un bis a bis con Freud le hubiese encantado: la sociedad aristocratica vienesa decimononica no sirve para establecer pautas de comportamiento universales. Le dolia la cabeza, y aunque tenia cosas que hacer, ese dia acabo justo antes de comer, mientras el sol proseguia con su implacable tortura, mas sudores y un nombre para ponerle a la cara de un recuerdo.

lunes, 11 de junio de 2007

BUGIARDO


Sabe que está en casa porque apenas hace viento y le cuesta respirar. Las calles huelen mal -no como en Venecia-, con la piel de los alacenos multitud que también había olvidado. Sabe que hay mucha gente que la ha dejado por imposible y no puede dejar de encriptar una y otra vez:
-¿Qué esperábais? Hoy es mi primera noche sin dormir en mucho tiempo y mañana a primera hora tengo que ir al paro.
Ya es verano. Le sobran los días aquí y no puede sacarles provecho, le quema el asfalto en sus Diadora que amenazan con derretirse. Sigue jugando a ese juego tan peligroso que en cualquier momento le va a estallar en las putas manos, pero se siente fuerte. Antaño débil, no muestra ningún reparo para seguir maquinando, granjeándose el odio de los profanos allá por donde fuere.
"No es por vendetta", solía decirse, es puto egoísmo y una oportunidad perfecta para seguir calibrando sus posibilidades. Carece de un sentido lineal en la vida y es incapaz de sentir, ahora sí. Sabe que emplea mal su poder, pero ya no le importa, tal es su sufrimiento, joder.
Lo único que le atormenta es pasar de moda, quedar obsoleto, ser marginado por la Historia. Eso, para alguien que se cree único e irrepetible (y que está aquí por un bien mayor), es una jodienda. Reclama constantemente su trono, y hoy salió a pasear:
Narciso, contrariado
- Discúlpame, no te había visto.
- Tranquilo, yo tampoco te había percibido.
Narciso, con cara de sorpresa ya
- ¿Percibido?
- Ni siquiera 'tas coscao'.
Narciso, acrecentando su sorpresa
- ¿Cómo?
-¿Por qué te disculpaste al rozarme?
- ¿Qué?
- Me encantaste en Pulp Fiction, Brett. ¿Lees la Biblia?
Narciso, ruborizado, se queda blanco y sin habla
- Nada. Te he manchado la camisa sin querer al pasar, dice señalando el helado que sostiene su mano izquierda
Narciso, balbuceando, en un mal trago
-N-o- i - m p - o-- r - --t-- a-, yo...
- Nos vemos. Ponla en remojo pronto que si no se jode.
No tenía que haberse parado, él lo sabía, el puto Brett debería haberlo sabido.
Vio un par de viejos conocidos y se sintió súbitamente mal, pero no podía dar marcha atrás. Estaba/n realmente mal, para el arrastre, y se vió en un futuro 35 años y una ambientación como la de 'El Quinto Elemento'.
Por cosas como esas es por las que nadie le aguanta ya. Y se va tan pancho...
¿Quedan pocos rincones ya para esa gente, verdad?
Ya no se topó con nadie más en todo el día, tenía que estudiar. Logró concentrarse y tuvo un hijo. Lo llamó Vincenzo, y solía sacarlo a pasear los martes, los jueves y los domingos.

miércoles, 6 de junio de 2007

EL CANTO DEL FLAMENCO


En esta última semana recibió un par de visitas, por lo que no tuvo mucho tiempo. Hoy se levantó y tras su recién y momentánea adquirida libertad, no supo que hacer.
Igual que ayer. Sin objetivos a la vista, ya sólo le quedan 4 noches en el balcón. Siguió ensimismidado al toparse con esta luna radiante, llena de vida. Y se sentó a esperar a los flamencos, albatros y demás golondrinas del lugar, con sus alegres melodías su dormir placentero. Sin tubos de escape ni ruidos, soltanto intuyendo el mar. Qué cercana es y cuán bella...
Salió a compartir ese momento con alguien, pero no había nadie en el pasillo y los teléfonos estaban apagados o fuera de cobertura. No pudo concentrarse ni leer un carajo en espera de partir de nuevo, mientras recordaba porque nadie le decía lo mal que había jugado esa tarde.
Deseaba un encontronazo o un beso, pero sólo halló un diván, un trozo de papel y un viejo pilot rojo. Con los pitillos de antaño y este cielo despejadísimo, un nuevo mes y una nueva sensación. Un poco tarde (casi una semana después) pero le pareció digno de ser recordado, porque no habría muchos más instantes así, y sonrío tras captar la belleza del momento mientras apagaba las luces y recogía sus bártulos...