martes, 2 de septiembre de 2008

NOCIONES PARA UN NUEVO ENFOQUE


Acaba el verano,
y la pluma que yacía seca en el tintero abandonado vuelve a aparecer.
La princesa está triste. Se levanta viento por las noches, un cierto aire fresco tirando a frío. Las nubes nos sobrevuelan, los coches regresan a casa, los aviones matan personas y los atletas siguen haciendo balance.
No empezó mal esto; regentamos resplandores en un islote allá por donde Dalí se masturbaba como un loco. Uno se escondió 3 semanas por la isla que se resiste a avanzar -sometida al abandono de su propia naturaleza- hasta que se hartó de que le miraran. Desde Castellammare del Golfo al gol de Torres; España ganó la Eurocopa de fútbol y no le dedicamos ni una línea. Tocaba huir y de lejos observar a las alocadas hordas patrióticas. No hay nada peor que una multitud enardecida, solía decir el zio Franco, é meglio rimanere lontano.
La princesa está triste. El odio se acrecentó con la llegada de las anginas asesinas hasta que, de golpe y porrazo, llegó agosto. Odas lusitanas para seguir sacándonos del mundo -el billete de vuelta es inalcanzable para bolsillos roídos como estos- y la hora del diablo. Con los astros alineados, los Juegos Olímpicos de Pekín pretendieron engañarnos;
y un país tan grande como China no puede engañar a nadie. La niña feúcha y desdentada que cantaba como los ángeles por un cambiazo escandaloso. ¿Quién dicta los cánones de belleza asiáticos? ¿Mao, aun? ¿O-Ren Ishi? Occidente dirige, los aviones se caen. Más de 150 muertos en Madrid-Barajas y de vuelta al espectáculo mediático lamentable de siempre.
Me escapé un par de veces de la tangente y sin registrarlo, mientras los albatros volvieron a sobrevolar mares cercanos y la princesa seguía triste.
Me dormí en un último anhelo y no vi como la ÑBA de nuestra generación le plantó cara a los EEUU sin Calderón. Busqué una floristería infructuosamente y me instaron a olvidar el desespero, sotiene Enzo, por culpa de una historia sin nombre ni decoro. El reconocimiento de mi estómago y la piel de gallina fotografiada: un poso que anunciaba un futuro cerrado y evidente.
¿Qué cómo lo afrontaría la cabeza, si los ventiladores permanecían apagados, yermos, en espera de que alguien se percatara y los subiera definitivamente al trastero de turno? Si ni siquiera sabía cómo andar los caminos ya yo solo, y el muro de piedra nunca había tenido el efecto deseado...
Empieza el otoño,
un destello que promueve nuevos y buenos aires, casi por obligación. El mismo que hace alejar la fantasmagórica tecnología de las sudadas y frías manos, el mismo que hace sonreir a propios y extraños. Tenía una doble visión sobre la mayoría de las cosas, y seguía preguntándome el porqué. Como el porqué no distingo entre un "porqué" junto y otro separado, después de todo, yo, que me alzo y codeo con los edificios más altos. ¿Qué cosas podría saber distinguir entre la oscuridad de los caballeros y el jolgorio que recorre mi cuerpo veloz como un rayo, arma locuaz cuando una muchacha insolentemente bella me apremia?
La princesa seguirá triste. El frío, justiciero y pendenciero, se encargará de helar a más de uno y congelar todo aquello que no sirva para comer hoy. Puede que nos volvamos a ver en una cárcel de sábanas blancas, si es que el miedo escénico no desiste. Jóvenes diatribas y reflejos de sangre que decidirán dentro de poco, antes de que hayamos muerto, y ya que caí en este mundo. De todas formas, dejarlo todo en manos del juez supremo es excesivo, aunque siempre había sido así; y es en ese sentido que la certeza del movimiento el éxito puede traer.
Imbuídos por el positivismo de una carta alojada en plena ciudad, quién iba a creer algo de lo que yo escribo desde que yo soy, si es que alguien sabe de lo que hablo, porque yo, desde luego, no...
Prometo sacar más la cabeza, dijo el topo al golfista. Manos libres.
¿Qué tendrá la princesa?*
Sonría, por favor.

* la Sonatina de Prosas Profanas de Rubén Darío que me ha venido estos días una y otra vez.

miércoles, 6 de agosto de 2008

LIBERTAD CONDICIONADA

(A LA MANERA DE PESSOA)

Deseos. Sueños.
Dormir... que qué ocurre cuando "no estás". A dónde vas... para Pessoa (a quién debo estas líneas esta noche) soñar es vivir, la vida misma; muy optimista (que ya es decir para este hombre y si se puede utilizar ese término) es. La perturbación que supone no controlarlos llega a superar cualquier perspectiva al respecto. Fatiga pensar que luego tendré que acostarme; "primero es un sonido que forma otro sonido, en la concavidad nocturna de las cosas. Después es un aullido vago, acompañado del oscilar rozado de los letreros de la calle" (...) "Tengo vestigios en la conciencia". No pinta bien.
Para un hombre frágil y vulgar la inconsciencia es la felicidad. Soñar en vidas corrientes, en existencias imaginadas de otros llevadas al extremo del decálogo de un trastorno de personalidad... ¿Quién soy yo que escribo estas líneas? Y lo más importante... ¿qué tiene reservado el Destino para mí? Dentro de la gran obra de teatro que regentamos, los roles asignados siguen siendo incógnitas, como paisajes que nunca contemplaré aunque alguna vez llegue a San Pedro de Alcántara.
Libertad libertad... ¿qué cruel impostor intentó engañarnos con esta palabra? ¿Qué significa? ¿Estado del Bienestar? ¿Elegir?
-Fueron los franceses...
-Pues malditos ellos.
¿Quién no quisiera que le extirparan ese malvado gajo alojado en la cima del ser?
Inteligente sería, más que pensar a cada minuto y desmenuzar las arduas vicisitudes del Hombre.
¿Puede el amor acallar esas atronadoras voces?
"¡La fatiga de ser amado, de ser amado de verdad! ¡La fatiga de ser el objeto del fardo de las emociones ajenas! Convertir a quien quisiera verse libre, siempre libre, en el mozo de cuerda de la responsabilidad de corresponder, de la decencia de no alejarse, para que no se suponga que se es príncipe en las emociones y se reniega lo máximo que un alma puede dar. ¡La fatiga [de] convertírsenos la existencia en algo absolutamente dependiente de una relación con un sentimiento ajeno! ¡La fatiga de, en todo caso, tener forzosamente que sentir, tener forzosamente, aunque sin reciprocidad, que amar también un poco!".
Demasiada responsabilidad. Y si se eligiera -si elegir fuera cosa propia o digna o libre- andarías un ligero trecho con un aviso "sin salida" al final. Vivir el momento, sí. Pero, y no saliendo nunca de la conciencia, te toparías por el camino con un grave desequilibrio.
Desde que el alma es alma que tenemos un problema, como vemos...
266
"La vida puede ser sentida como una náusea en el estómago; la existencia de la propia alma, como una molestia muscular. La desolación del espíritu, cuando se la siente agudamente, produce mareas, desde lejos, en el cuerpo, y duele por delegación.
Soy consciente de mí en un día en que el dolor de ser consciente es, como dice el poeta,[*]
languidez, mareo
y angustioso afán".


[*] El estudiante de Salamanca, José de Espronceda.

Saudade de un país que ni siquiera es el mío y que nunca visitaré... llevaré mi cámara de fotos en el equipaje por si acaso.

domingo, 27 de julio de 2008

LA IDIOSINCRASIA DE LA DESDICHA

[*]
OTRA HISTORIA DE LA NOCHE

Verano. Los niños están todo el día en la calle. Los viejos esperan cualquier cosa, sentados delante de sus casas, tomando el fresco.
La gente está de más buen humor. Muchos hacemos planes pensando en ir a la playa, no sea que se pase la temporada del moreno. La gente está de vacaciones u ocupada pensando en hacerlas.
Los hospitales ven reducidas las visitas considerablemente.
Todo parece jauja y alegría, pero el servicio de urgencias nocturno es otra cosa.
La noche es diferente. De noche sale Batman, el Hombre Lobo en luna llena y los psiquiátricos pendientes de brote también.
No hay tregua, aunque esa noche, en el Hospital de la Vírgen de Santa Lecina, no había ni sombra de sospecha, nada que se asemejara al habitual caos del servicio.
Las eternas y empinadas escaleras de la entrada, muy transitadas normalmente, eran la viva imagen de la desolación,
totalmente despobladas.
Algunos/as enfermeras/os, auxiliares y médicos/doctoras hablaban despreocupadamente fuera, fumando sin parar.
"Me voy a morir de asco, se me va a hacer la noche eterna", le comenta al admisionista el único camillero de la asistencia, Valentín.
mientras buscan vídeos de palizas y agresiones de policías en Youtube, matando el tiempo.
suena el teléfono de admisiones, acto seguido
- Hay una chica nueva en planta, una enfermera. Me ha llamado Inés -enfermera veterana-, y dice que
hay que hacerle una broma...
- ¿Una broma?
- Sí, asustarla o algo tío, además hoy es perfecto, no hay nada de curro.
En el diálogo entre el admisionista y el camillero se interpone el segurata, Conde, un personaje con dotes de actor y muy dado a estas lides
- ¿Qué dices?
¿A ver a ver que no he escuchado bien?
entre risas
- Chica nueva. STOP. Broma. STOP. ¿Púa?
- Vale vale... yo llamo. Yo me encargo.
llamando a la planta de la chica nueva, Lorena
- Si hola, ¿que eres Lorena? A ver, es que tengo un hombre aquí abajo que pregunta por tí. Ehem... tiene barba, pelo largo... Dice que es tu primo.
de fondo se oyen gritos y golpes en el vidrio de la garita
- Lorenaaa, baja ya, que soy Marcos. ¡Baja!
el segurata, Conde, sigue a lo suyo, mientras Valentín y el admisionista ponen las voces y se encargan de que continúe la función
- ¡Baja! ¡O subo yo a buscarte!
Lorena es gallega y apenas lleva una semana en Catalunya. Encontró trabajo en el Hospital de la Vírgen de Santa Lecina y no dudó en mudarse, ya que nada le ataba y tenía ganas de probar cosas nuevas. En toda esa semana, sus compañeras ya se habían encargado de darle la "bienvenida", asustándola convenientemente -entre las que Inés, ya mencionada anteriormente, tenía un papel predominante-;
que si hay voces, fantasmas, ruidos por la noche... cosas así. De modo que estaba "predispuesta" a un sustillo.
Lorena niega conocer al susodicho con voz tremolosa, mientras que Conde insiste y ella cuelga el teléfono.
- Ha colgado, ¡está acojonada!
- Espera, espera...
entre medio de las risas, el admisionista llama a la planta en cuestión, y avisa de que el "sospechoso" parece ser que ha subido a hospitalización hecho una furia.
Tres segundos después, Lorena llama a admisiones para que llamen a la Policía, completamante aterrorizada.
- Ya he llamado, están viniendo, ¡tranquilaaaa!
- Que no puedo, pero, ¿¿quién era?? ¿Sube de verdad? ¡Yo me voy a casa!
se corta la comunicación
A los dos minutos baja Lorena, corriendo, con su bolso.
El segurata, que parecía que había subido a planta a seguir maquinando con el resto de las enfermeras, íba en realidad a poner fin a la broma, que se les estaba escapando de las manos ya.
Mientras Valentín el camillero asiste impertérrito al espectáculo, al admisionista le corroe la culpa. Ha visto a la chica salir llorando a toda prisa, y sale detrás de ella.
- Esperaaa... ¡no te vayas! ¡Que es una broma! ¡Una broma!
Logra alcanzarla. La coge por los brazos, y busca su cara encogida, asustado también
- Tíaaa, ¡que es una puta broma, joder!
Ella se gira de golpe, dejando al descubierto una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡¡Que es bromaaaaa!! ja ja j...
En mitad de la carcajada -incluyendo la de Conde, escondido en una esquina de la entrada-, Lorena, zafándose de los brazos del admisionista a plena risa, pierde el equilibrio en un mal gesto y cae de espaldas,
escaleras abajo.
Las mil escaleras empinadas de la entrada.
El admisionista -cuyo nombre no recuerdo- mira aterrorizado como, lentamente, Lorena va cayendo. El tiempo parece haberse detenido. Un segundo antes, al descubrir como se le había girado la broma en su contra, pensaba en lo pardillo que era. De la desesperación y la culpabilidad a la máxima incredulidad tenebrosa en un instante.
No puede ser verdad. ¿Qué macabro ser o ente superior juega así con el destino?
Lo que viene después es una sucesión de gritos, lamentos y gente corriendo escaleras abajo para socorrer a la desdichada enfermera.
- No se puede hacer nada por ella.
Al oir estas palabras de un médico, el admisionista cae al suelo como fulminado por un rayo. La misma gente que corría por Lorena lo hace ahora por éste.
El segurata y el camillero no dejaban de hacerse cruces. No entendían nada de nada,
mientras la apesadumbrez se adueñaba de sus almas.
- Dios... ¡era una jodida broma!
Al admisionista le había dado un ataque al corazón.
Había fallecido 10 minutos después que Lorena, la enfermera nueva. Ambos tenían 25 años,
y toda una vida por delante.

Era una noche tranquila. No había trabajo.
No había ningún paciente en urgencias. Las escaleras de la entrada seguían vacías, pero con un oscuro y aparatoso rastro de sangre.
Era verano. Los niños volverían al día siguiente a corretear por las calles. Los viejos, a ver la vida pasar, sentados, buscando una bocanada de aire fresco.
La gente seguiría de buen humor y algunos/as enfermeros/as, auxiliares y médicos/doctoras volverían a fumar tediosamente un cigarrillo tras otro,
haya o no trabajo,
pensando en playas a las que acudir para mantener el bronceado antes de que acabe el verano...


[*] La foto del principio es una curiosa alfombra que andaba por la red.

miércoles, 23 de julio de 2008

HOY DESDE AYER


¿Por qué regresamos al pasado tan fácil y convenientemente?
¿Qué hay de atractivo en la vida vivida que merezca un rescate para la actualidad?
La impaciencia del mundo de hoy, la insatisfacción por los pasos que das, sin fruto ni recompensa de ningún tipo. Echar un vistazo atrás comporta eso y más.
Delimita temporalmente tu ser, te recuerda cuantos años tienes, y cuantos tendrás mañana.
Hasta que punto es normal o adecuado cosa discutible es. Para muchos es sospechoso, "¿qué querrá este ahora después de tanto tiempo?". Para otros es una especie de búsqueda;
de búsqueda de una verdad, una muy subjetiva. La realidad, en estos casos, suele presentarse bajo una máscara deformada, grotesca hasta extremos avergonzantes.
Porque hay capítulos que cerrar y otros que se pueden reabrir, aunque remover ciertos hechos pueda ser doloroso y hasta peligroso, si es que andas al acecho de una identidad perdida, lejana o pordiosera.
Voy a ahorrarte la intriga: nada de eso puede decirte quién eres. Un ejercicio de tal calibre no es muy aconsejable para aquellos mentalmente débiles o influenciables,
ya que descubrir que la mayoría siguió su camino implica que tú te quedaste atrás.
Pero tranquilo, en cuanto vuelvas a tu vida diaria y normal, rutinaria, te darás cuenta de que el acto de mirar atrás en sí es tan folclórico como el que se pregunta porqué lo haces,
porqué después de tanto tiempo.

jueves, 17 de julio de 2008

TERCER ACTO: LA MEDIDA DE CADA UNO

Della bellezza barocca di Noto al inferno schifoso di Cavarra, y tiro porque me toca.
La vision de un mundo deseado, fuera de lujos y bondades, sigue negandose a los ojos de los sin techo. Ojos que cuando vuelvan a abrirse nos habran transportado de nuevo a nuestra rutinas, y a maldecir nuestra mala suerte de nuevo.
El tormento de no evitar pensamientos de sufrimiento, junto a este cansancio que parece cronico, descartan el maximo disfrute en situaciones asi. Rodeados de moscas y pseudo-hippies sicilianos, bajo el unico amparo de una roida morera, el mundo deseado -en esta mattina de domingo- se reduce al instante de una mirada rubia nortegna. Era aquello tan cercano que no se debio abandonar tan pronto, joder, que el riesgo de un vuelo convertido en un pallaso con sonrisa maléfica estaba demasiado presente, como astro inalcanzable por majestuoso.
El paraiso en un segundo evaporado...
Los tiempos se acortan y las caras protestan ya. Un acontecimiento de este calado salvaria un "ya no nos aguantamos, mec", pero voy a dejarme llevar. Porqué sé que lamentaré el haberme lamentado y me diré: "Marcellus Wallace tenia razon". Miraré las fotos para recordar el recorrido, antes de morir en Palermo, para que quede constancia y apoyen futuros desastres.
Siendo consciente, si dicen que se puede elegir, que la vida es eleccion, eligo salir de aqui ya, y que me esperen un par de besos.
Cumpli la mision, volvi a curtirme. Dejad regresar a los chicos, que lo que aqui acontecio no fue real,
y si lo fue,
ya no esta.

SEGUNDO ACTO: SOBRE LA FORJA DE VULCANO

Bagnarse en una playa negra bajo la atenta mirada de un volcan husmeante resulta muy curioso. Es una bonita sensacion, nada que ver con Mordor para nuestros hobbits.
Pese a los mas de 30 grados, el sol calienta diferente aqui. De camping, sin mucho que hacer y con las lecturas olvidadas, tan solo nos miramos las caras, bebemos buen vino siciliano y de vez en cuando saludamos a algun vecino con escuetos -tanto como ellos- "buon giorno".
Como imbuidos por el espiritu local, los extranjeros -parece que mayoria en este camping- se prestan poco a establecer relaciones.
Seria como un oasis de paz -pese al turisteo igualmente masificado y poco juvenil que amenaza con no abandonarnos en todo el viaje. Tranquilidad; el lugar donde el mitico dios Vulcano perdio la alpargata, digo, donde tenia su forja, lejos de todo.
Las islas eolie, comunque, no parecen el paraiso hippie que pensabamos, pero tampoco le va a la zaga; junto a algun que otro precio abusivo, la sensacion de que esta parada prevista de 3 dias es la clave de esta viaje.
Y qué mejor lugar para descansar que la morada del mismisimo Vulcano...

PRIMER ACTO: DES VAGABONDS A CEFALU'

Si no llevase un sombrero de paja, esta barba a lo Giovanni Brusca y no hiciera este jodido calor, estaria muerto. Muerto de un miedo que asoma pero que no envejece. Un miedo que llena de vida un acto tan cotidiano como el dormir. Primeras necesidades absortas en pensamientos que resultan banales: me pensara ella, perderé aquello, que si magnana saldra todo bien...
El dinero, la economia del esfuerzo, por todos lados, jodiendo, volviendo a asustar.
Por lo demas, Cefalu' es bonita pero masificada también. La dictadura del turisteo aprieta, poco que descubrir queda ya, como decia Javier Marias.
Se agradece el poco spagnolo oido y el regreso del miedo adrenalitico,
justo a tiempo.