lunes, 29 de enero de 2007

RIGHT IN TWO?

L'ARTE DEL SOGNO 2
Vean al mariachi de Lyon iluminado por La Herramienta y juzguen ustedes mismos. Yo soy el flipado de fondo, trasquilado, anche subyugado. Magari triste, magari 'asumido'. Quién sabe lo que le pasaría por la cabeza. Lo que sí sé es que casi sin hablarnos -en esta vida falsa que nos ha tocado compartir- podemos meternos en nuestras respectivas pieles. Casi sin palabras, tan de moda últimamente, porque son injustas y la gente no sabe cómo utilizarlas.
Arthur nunca había escuchado al grupo y apenas se lo habían mentado alguna vez, y me acabó diciendo que no le gustaban. Pero el influjo del alma lo atravesó por unos minutos (más de los que marca el vídeo) un domingo cualquiera y aburrido, déjandolo a merced de la libertad más precaria: enfrentarse a sí mismo en el escenario de una destacable soledad. Por eso renegó: ¿quién no lo hace cuando se mira en el espejo por primera vez en la mañana? Es demasiado doloroso.
El gabacho con su zaino y sus pintas de turista occidental avanza por la estepa asiática, hasta toparse con un gran río que separa la tierra. Él sabe que después de las 18h no puede cruzarlo, y le pregunta a un monje del lugar la hora que es. El sabio le dice que puede pasar, que sólo son las 16.20... Lo hace, con la sorpresa de caminar sobre las piedras en el lugar donde debería haber un río profundo. Al llegar al otro lado se encuentra con personajes extrañísimos, casi monstruosos. ¿Cómo el jorobado de Notre-Damme? Me responde: 'Peggiore' (peor). Hay una puerta gigante que le veta el paso, y ahí se acaba la historia. Confluye con el ajetreo típico de una casa (que no era la suya) justo antes de partir. El pequeño Arthur sigue durmiendo, de manera que cuando se levanta ya está todo hecho y sólo tiene que llegar a un acuerdo (creo que con su madre) para ver quién conduce a la ida y quién a la vuelta. Esto le produce un gran placer (lo compruebo en sus gestos), aunque teniendo en cuenta esa experiencia tan traumática en Asia no me extraña...

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